Una ola de llamadas anónimas por falsas alertas de bomba, que la policía tilda de “terrorismo blanco”, causa inquietud en Perú en la semana en que se cumplen 19 años de la captura del líder histórico de la guerrilla maoísta Sendero Luminoso, Abimael Guzmán, preso de por vida en una base naval de Lima.

Las alertas sumaron 10 entre lunes y sábado, movilizando a decenas de agentes de la policía antiterrorista en cada acción, creando ansiedad en la gente, cierre de calles y comercios, evacuación de locales y congestión vehicular.

Lima y Cusco, la antigua capital del imperio inca e imán turístico del país, han sido las más afectadas con las amenazas todas ellas anónimas y hechas desde teléfonos públicos, según la policía.

El presidente del Congreso, Daniel Abugattás, reclamó el viernes mano dura a los responsables de las falsas alarmas, aunque sean bromistas, y en un intento por disuadirlos anunció la presentación de un proyecto de ley que sancione con la pena de cárcel a los autores de actos de ‘terrorismo blanco’.

La propuesta del líder de la mayoría oficialista modificaría un artículo del Código penal que sanciona las faltas contra la tranquilidad pública con 40 jornadas de trabajo comunitario, o hasta 60 y 90 días de multa.

Según Abugattás la inusual alerta de bombas, que no se registraba desde hace dos décadas cuando Perú vivió una guerra contra Sendero Luminoso, perjudica además la imagen del país y la producción de la industria local.

La policía ha ligado tácitamente las amenazas con Sendero Luminoso debido a que éstas se iniciaron en Lima el lunes, día en que se cumplieron 19 años de la captura de su líder Abimael Guzmán, hoy de 76 años y condenado a perpetuidad.

“El 12 de setiembre fue el 19 aniversario de su captura y fue en ese día en el que empezaron las llanmadas de alerta que buscan perturbar a la ciudadanía”, dijo a periodistas el general Raúl Becerra, jefe de la Policía del Perú.

Sin embargo, allegados a Sendero Luminoso como el movimiento político por Amnistía y Derechos Fundamentales (Movadef) negaron ante consultas de la AFP cualquier responsabilidad en los actos de ‘terrorismo blanco’.

“Nosotros no tenemos nada que ver con este tipo de terrorismo blanco”, dijo el abogado Manuel Fajardo, dirigente del Movadef y ex defensor de Abimael Guzmán.

“Esas acciones de falsa alarma por el contrario nos perjudican, no tengo idea de quién puede estar detrás de ellas”, acotó Fajardo.

La campaña de falsas alarmas coincidió con un pedido el viernes del Movadef por la libertad de Guzmán y una amnistía para los centenares de militantes de Sendero Luminoso presos y condenados por terrorismo en las cárceles peruanas.

La policía detuvo precisamente el jueves a siete militantes del Movadef por pintar lemas en muros de Lima a favor de la libertad de Guzmán.

En ese contexto de aniversario el miércoles remanentes del grupo ligados al narcotráfico y distanciados de Guzmán atacaron un helicóptero militar, en un valle amazónico del sudoeste del país, muriendo dos oficiales del ejército.

Ese atentado, según el Movadef, sirve de pretexto para “justificar la persecución a los líderes del pueblo y oponerse a la amnistía general”.

Unas 70.000 personas murieron en Perú durante las dos décadas de guerra interna, entre 1980 y 2000, según la Comisión de la Verdad y Reconciliación.