El presidente de Ecuador, Rafael Correa, dijo el sábado que está dispuesto a indultar a quienes resulten condenadas por una rebelión policial en 2010, que denuncia como un intento de golpe de Estado en su contra, siempre que muestren arrepentimiento.

“Aquí nadie tiene espíritu de venganza”, dijo Correa en su informe semanal de labores, refiriéndose al llamado a juicio a 13 personas por sabotaje y terrorismo, a raíz del ingreso violento a un canal público en Quito durante la sublevación policial el 30 de septiembre del año pasado.

“Pero una vez que sean sancionados, si ellos reconocen su error y piden disculpas al pueblo ecuatoriano, podemos hablar de un indulto. Como presidente de la República tengo capacidad para indultar a reos de la justicia”, aseguró el Mandatario.

Correa ha dicho en otras ocasiones que “no puede haber perdón ni olvido -eso se llama impunidad- frente a grupos que cometieron tantos excesos, que llegaron a tales niveles criminales y de cobardía” durante la insurrección por reclamos salariales.

Pero este sábado remarcó que una vez los condenados “reconozcan su error y pidan disculpas, no al presidente, al pueblo ecuatoriano”, está dispuesto a considerar el indulto. “Impunidad jamás”, subrayó el gobernante.

Hasta ahora los únicos condenados por rebelión son el coronel de la Policía Rolando Tapia, ex jefe de seguridad del Congreso sentenciado a tres años de cárcel por atentar contra la seguridad del Estado, y cuatro civiles que recibieron un año de prisión por la toma de un edificio público.

Ambos dictámenes de primera instancia fueron apelados, tal como hizo el gobierno en casos como el de cuatro policías -entre ellos el coronel César Carrión- declarados inocentes de complicidad en un supuesto intento de asesinato contra Correa durante la revuelta.

El 30 de septiembre de 2010 cientos de policías se sublevaron llegando a retener al presidente -según las Fuerzas Armadas- en un hospital donde se refugió tras ser agredido por uniformados cuando intentaba aplacar la protesta.

Correa fue rescatado en un operativo militar que dejó cinco muertos en los alrededores del centro médico. Otras cinco personas fallecieron en Guayaquil (suroeste) durante saqueos que se desataron por la ausencia policial, según el ministerio de Salud.

El gobernante denunció que la sublevación fue instigada por policías corruptos bajo investigación y opositores que intentaban derrocarlo e incluso asesinarlo.