La rama iraquí de Al Qaida reivindicó atentados suicidas que mataron a 37 personas en las últimas semanas en Irak, en un comunicado puesto en línea en un sitio islamista.

El 26 de junio, un kamikaze que iba en una silla de ruedas se hizo explotar en una comisaría al norte de Bagdad, matando a dos personas. El 5 de julio, por lo menos 35 personas murieron y 28 resultaron heridas en un doble atentado suicida en Taji.

“Un mártir heroico que llevaba un cinturón de explosivos y que se desplazaba en silla de ruedas tuvo por objetivo la comisaría de Tarmiyah cuando se llevaba a cabo una reunión”, indicó el Estado islámico en Irak, brazo local de Al Qaida en un comunicado, en alusión al ataque del 26 de junio.

“El segundo ataque (en Taji) tuvo como objetivo una reunión en la que participaban responsables de la seguridad y miembros del consejo municipal”, agregó el grupo extremista, refiriéndose al doble atentado suicida del 5 de julio.

Junio fue el mes más sangriento del año para los iraquíes, mientras que para el ejército estadounidense junio fue el más sangriento de los tres últimos años, con 14 soldados muertos en Irak.

El poder en Bagdad atribuyó a Al Qaida el número creciente de muertos entre los iraquíes, que aumentó en 34% en mayo.

Pero el ejército estadounidense dice que las milicias chiitas, apoyadas por Irán, son responsables de los ataques sangrientos contra las tropas.