Cabizbajo, decepcionado, el estelar argentino Lionel Messi dejó el terreno del estadio de Colón en medio de una silbatina de 40.000 hinchas a la albiceleste tras el pálido empate 0-0 con Colombia por la Copa América-2011, la contracara de las ovaciones que recibe en cada juego con el FC Barcelona.

Dónde está el mágico Messi que casi levitando anotó 31 goles con la camiseta azulgrana en la temporada pasada, ese que es imparable, al que no lo detiene nadie, se preguntaban los hinchas que aún esperan ver en la cancha al hoy mejor jugador del mundo luciéndose, pero con el uniforme argentino.

Por el contrario, encontraron al camiseta 10 perdido en el gramado del ‘Cementerio de los Elefantes’ de Santa Fe (centro), con pocas y opacas llegadas, y sin encontrar en el equipo argentino a un Andrés Iniesta o un Xavi Hernández que le permitan explotar sus ya demostradas virtudes.

Muchos argentinos le reprochan a Lio Messi su “falta de pasión” por el equipo albiceleste e incluso le han criticado que no cante el himno argentino en los juegos, además aún está fresco el recuerdo de su participación en Mundial de Sudáfrica-2010, cuando no pudo anotar un solo tanto para su selección, que salió de la contienda goleada por 4-0 ante Alemania.

“Los rivales ya saben como Messi juega y dificultan, disminuyen espacios, tal vez sea por eso que a él no le han salido las cosas bien”, justificó el entrenador Sergio Batista, que el miércoles luchó contra el fantasma de su antecesor, el legendario Diego Armando Maradona, cuyo nombre fue coreado en repetidas oportunidades por los decepcionados hinchas.

Y aunque descartó “cambios radicales” en el esquema táctico, Batista anunció que buscará “aproximar a Messi a los atacantes” en el último y definitivo partido por el grupo A, que Argentina precisa ganar a la inexperta Costa Rica si desea seguir con vida en la Copa América.

“Podríamos tener a alguien más en el medio campo, un atacante más, pero necesitamos alguien que esté más cerca de Messi (…) La idea puede ser que juegue (el mediocampista Javier) Pastore con Messi, pero no me gusta cambiar mucho. Quizás agreguemos un punta más. Nos falta un 9 de área”, precisó el estratega.

Batista ya aceptó que es “difícil” hacer que Argentina juegue como el Barcelona, su sueño cuando asumió la selección.

“Tenemos jugadores de alto nivel para practicar ese fútbol, pero es algo que requiere mucho tiempo, jugar como el Barcelona es muy difícil, necesitamos más tiempo”, dijo esta semana.

Pero tiempo es lo que no tiene la selección y Batista deberá encontrar la forma de encender al Messi albiceleste, el mismo que ganó el oro en los Juegos Olímpicos de Pekín-2008. Si lo consigue, la Copa América, ahora lejana, podría estar en sus manos.