James De la Vega tiene un mensaje para Nueva York, y lo escribe por toda la ciudad.

Filósofo callejero, fumador de puros, De la Vega deja sus misteriosas obras de tiza blanca en las veredas de Nueva York, en las sendas para los ciclistas, junto a los amontonamientos de basura.

Es tan prolífico que se ha convertido en uno de los artistas más famosos de la ‘gran manzana’, a pesar de que muy pocos conocen su cara.

“Become your dream” (Realiza tu sueño), insta su mensaje más célebre escrito sobre la línea que dibuja un pez saltando de su pequeña pecera a un vaso de agua con la firma “DELAVEGA”.

Los curiosos dibujos y mensajes, siempre con tiza blanca, aparecen en las estaciones de metro o en las veredas, a menudo de la noche a la mañana.

En lugar de una pecera puede ser un reloj de arena, un corazón, una nube de lluvia, una lanza u otros objetos, con el pez reemplazado a veces por una serpiente o una tortuga.

Las palabras que acompañan el dibujo son breves, ambiguas, como “A veces el rey es una mujer”, o “Sé consciente si tu mente está repleta” (“Be mindful if your mind is full”).

Cada día, una multitud de personas camina sobre sus fugaces obras de arte, hasta que la lluvia las borra.

De la Vega es incansable: puede ejecutar hasta cien en un día. “Planto semillas”, explica.

Nueva York tiene una rica historia de arte callejero, pero De la Vega – que prefiere que se lo llame por su apellido- insiste en que no tiene nada que ver con el impulso a veces destructivo de los grafitis.

Comenzó en su barrio del Spanish Harlem unos 20 años atrás con murales en edificios abandonados que buscaban “embellecer, dar a la gente algo de lo que estar orgullosa”.

Luego llegó el famoso pez, “Become your dream,”, y el resto del repertorio. Los peces “no buscan embellecer. Son cosas extrañas”, dice.

De la Vega trabaja a gran velocidad, dejando su rastro en las calles de una forma que parece ser instintiva, dependiendo de dónde se encuentra.

Recientemente ha empezado a trabajar en las sendas asfaltadas y las calles de Central Park, que en verano se ve invadido de turistas y fanáticos de la buena forma física que salen a correr por su perímetro.

De la Vega camina seguro de sí contra la corriente de corredores, haciendo una breve pausa para dibujar y arrojando los restos de tiza en el césped.

La mayoría de los corredores pasan sin detenerse, pero algunos pierden la concentración por un segundo y observan al hombre de 37 años, cuyo cuerpo está adornado de tatuajes que rezan “Become your dream”, “Las leyendas nunca mueren” y la versión en español de su celebre lema: “Realiza tu sueño”.

“Es una audiencia cautiva. Son muy vulnerables. Probablemente tienen dudas sobre el futuro”, afirma con compasión.

En unos pocos momentos, dibuja un pez con largas piernas corriendo a traves de la senda del constante flujo humano.

En medio de esa marea, un corredor se da vuelta sorprendido tras reconocer la firma en el asfalto: “¡Hey, De la Vega!”, grita.

Apenas después una mujer también se detiene cuando ve al pez. “Nos gusta tu arte. A mis hijos les encanta”, le dice.

De la Vega se niega a ahondar sobre sus orígenes, una actitud que refuerza su imagen de artista subterráneo.

“Dibujar para mí es una forma de explorar. Mi intención es recordar a la gente que no tiene que ser tan impotente, que puede construir sueños”, cuenta, antes de marcharse.