Francia envió el martes un primer avión a Haití para traer a un primer grupo de niños adoptados por familias francesas, que en total serán más de 300 pequeños, indicó el ministerio francés de Relaciones Exteriores en un comunicado.
“Un avión fletado por el ministerio de Relaciones Exteriores y Europeas partió de París esta mañana rumbo a Puerto Príncipe para traer a Francia a un primer grupo de niños haitianos en curso de adopción por familias francesas”, precisó el texto.
Tras su regreso previsto para el miércoles, un segundo vuelo partirá el jueves hacia la capital haitiana, indicó el mismo comunicado.
Este operativo concierne a unos 318 niños haitianos que cuentan con una autorización consular de carácter excepcional, a falta de poder obtener un pasaporte en Haití por razones logísticas.
La autorización consular fue resultado de un acuerdo bilateral entre Francia y Haití tras el devastador sismo que sacudió ese pequeño país del Caribe el 12 de enero pasado, dejando unos 250.000 muertos.
A raíz del terremoto, varios países como Francia, Estados Unidos y España, decidieron acelerar los trámites de adopción de niños haitianos.
La situación en Haití se complicó aún más desde fines de octubre, debido a una epidemia de cólera que ya causó más de 2.000 muertos.
A bordo del avión que partió el martes desde la capital francesa viajan los padres adoptivos de los pequeños, un equipo del centro de crisis de la cancillería francesa y un equipo médico.
La ministra francesa de Relaciones Exteriores, Michele Alliot Marie, indicó el sábado que la operación cuenta con el apoyo de las autoridades haitianas y de la Misión de Naciones Unidas en Haití (MINUSTAH).
Luego del terremoto, asociaciones intermediarias en materia de adopción insistieron ante las autoridades francesas para que acelerara los trámites y el traslado de los niños a Francia.
Unos mil niños haitianos estaban en trámite de adopción antes del sismo. Desde entonces, unos 700 ya están con sus familias adoptivas.
Las autoridades francesas y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) advirtieron entonces contra el riesgo de tráfico de niños encubierto por una supuesta adopción.