Familiares de los 4 policías linchados hace dos semanas en una comunidad indígena al suroeste de Bolivia están indignados con el presidente Evo Morales y su gobierno, por no reaccionar con celeridad para rescatar a los uniformados, reportaron este domingo medios locales.

LaPrensa.com.bo

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Los cuatro uniformados fueron enterrados el sábado en la ciudad andina de Oruro, a 230 km al sur de La Paz, de donde procedían, tras recuperarse recién el viernes los restos en la región de Uncía, más al sur, el lugar de la matanza, relató el diario El Deber.

El enojo de los familiares explotó, cuando se enteraron que uno de los cuatro policías estaba vivo hace 5 días, según un informe forense, cuando ya se pensaba que estaban muertos e incluso los indígenas negociaban con los familiares la entrega de los cadáveres, a condición de que no les iniciaran juicio.

“Este maldito de Evo Morales, mi esposo estaba con vida, él podía rescatarlo”, afirmó Mónica Corrales, esposa del cabo Nelson Alcócer, quien según el informe de la autopsia médica, recién murió entre el lunes y martes pasado.

Las autoridades no intervinieron la zona, al conocerse la noticia del secuestro de los uniformados, con el argumento de que su incursión podría haber provocado un enfrentamiento mayúsculo, pues se temía que los indígenas quechuas del lugar estuvieran armados.

Los 4 efectivos fueron muertos a piedras y palos y luego enterrados, acusados por los aborígenes de ser ladrones, lo que fue negado por la comandancia policial, que argumentó que ellos investigaban robo de automóviles.