Facebook, internet, tarjetas postales en bares, tiendas de discos y restaurantes, y fotos de sacerdotes jóvenes y apuestos, son las herramientas a las que apeló la Iglesia católica de Francia para lanzar una vasta campaña que permita atraer a los jóvenes al sacerdocio.

“¿Y por qué yo no?” es la pregunta en torno a la cual gira esta campaña lanzada por la Iglesia católica francesa, la primera de estas características, con un costo de 200.000 euros, cuya primera etapa fue la publicación en varios periódicos del país de una fotografías de tres jóvenes y apuestos sacerdotes.

“Soy un hombre como los otros. Acompaño a las personas en los grandes momentos de su vida. Cristo me apasiona y lo digo. Amo la vida. ¡Soy sacerdote!”, afirma la leyenda que acompaña la foto de Timothée, de 41 años, en actitud relajada y serena, y es una de las tres fotos que ya dieron lugar a la polémica porque no son sacerdotes de verdad sino modelos.

El director del servicio nacional de vocaciones, el sacerdote Eric Poinsot, responsable de esta campaña que se prolongará hasta el 5 de mayo, admitió a la prensa que “son sacerdotes virtuales”.

“Quisimos proteger a la gente y no personalizar esta campaña”, dijo al diario francés L’Est Republicain.

Más de 70.000 tarjetas postales serán distribuidas en puntos comerciales estratégicos a los que acuden los jóvenes de 16 a 22 años, blanco prioritario de la campaña, como cadenas de restaurantes, cafés, cines y tiendas de discos.

Pero no todo termina ahí. Además de la publicación de páginas de publicidad en los grandes diarios nacionales como Le Monde, Le Figaro y La Croix, entre otros, que el martes no estaban en los kioscos por una huelga de distribución, la Iglesia acudió a internet.

“¿Y por qué no?” inspira el sitio web (www.etpourquoipasmoi.org) que asegura que “ser sacerdote de la Iglesia católica es estar al servicio de Cristo y de los hombres. Para convertirse en sacerdote, se dedican seis años al estudio, a la oración y al descubrimiento de la Iglesia. ¡Un oficio diferente!”, concluye.

La Iglesia católica, que llevó adelante esta campaña junto a la agencia de publicidad Bayard aprovecha también el auge de redes sociales como Facebook.

“Se trata de interrogar a los jóvenes en momentos en que se hacen preguntas sobre su futuro … y por qué no sobre una posible vocación”, explicó en la página web de la Conferencia Episcopal de Francia el padre Poinsot.

La campaña fue lanzada diez días después de que la Iglesia católica francesa condenara la “amalgama” que el número dos del Vaticano efectuó entre homosexualidad y pedofilia, en medio de una ola de escándalos que sacude a la Iglesia y a su más alta jerarquía, acusada de encubrimiento.

Poinsot admite que el “contexto es efectivamente poco propicio para comunicar sobre los sacerdotes de forma serena”.

“Es cierto que atravesamos un momento doloroso. La pedofilia nos escandaliza profundamente y no podemos olvidar el sufrimiento de las víctimas”, agrega el sacerdote pero advierte: “no estamos dispuestos a dejar caer el oprobio sobre los 20.000 religiosos de Francia”.

Una cifra que se reduce cada vez más: si en 1970 en Francia había 37.555 sacerdotes, en 2004 eran 16.859 y en 2008 cayeron a 15.440. En los últimos años menos de cien sacerdotes se ordenan por año en Francia.

Para Christian Terras, redactor jefe de la revista Golias, que se define “católica y crítica”, esta campaña es una “torpeza” de la Iglesia que debería interrogarse sobre su modelo vocacional que está “en quiebra en Europa”.

“La Iglesia quiere mostrar cuál es la misión del sacerdote y recordar que la inmensa mayoría de ellos ejercen su ministerio de forma distinguida”, se defiende el portavoz de los obispos franceses, monseñor Bernard Podvin.