La Unión Demócrata Cristiana (CDU) de la canciller federal alemana Angela Merkel sufrió este domingo un duro revés en elecciones en dos estados regionales, un resultado con el que sus adversarios esperan recuperar su retraso de cara a las legislativas del 27 de septiembre.

En la pequeña región industrial de Sarre, cerca de la frontera francesa, y en Turingia, en la ex República Democrática Alemana (RDA), la CDU perdió unos 12 puntos porcentuales respecto a los anteriores comicios regionales de 2004, según sondeos a boca de urna.

En estos dos estados, la CDU no podrá conservar el poder, ni siquiera aliándose con los liberales del FDP, la fórmula que le gustaría a Merkel a nivel federal tras las elecciones generales previstas dentro de cuatro semanas.

Tanto en Sarre como en Turingia, el gobierno regional podría quedar en manos de una coalición de tres partidos de izquierda, el Partido Social Demócrata (SPD), la izquierda radical Die Linke y los Verdes, algo inédito en Alemania occidental.

Sin embargo en Turingia cabe la posibilidad de una “gran coalición” entre la CDU y el SPD, como la que gobierna a nivel federal desde finales de 2005 en Berlín.

En los terceros comicios regionales del domingo, en Sajonia (ex RDA), la CDU mantuvo su posición y puede permitirse despedir al SPD, su aliado de coalición actual, para aliarse con los liberales.

Los dos varapalos de la CDU aventajan muy poco a su principal rival, el SPD, que queda muy rezagado y en Sarre incluso pierde votos.

Pese a todo, Frank-Walter Steinmeier, el gran adversario de Merkel en las elecciones generales del 27 de septiembre, ve en este resultado una señal alentadora. “Una cosa es segura: este país no quiere una coalición negra-amarilla”, afirmó el candidato a jefe de gobierno, refiriéndose a los colores de la CDU y del FDP. “Los que dicen que las legislativas están cantadas cometieron un gran error”.

El problema es que el SPD, si quiere el poder en Sarre y Turungia, necesitaría el apoyo de Die Linke y este tipo de alianza regional le perjudica a nivel federal.

El SPD estima que Die Linke no es un socio válido para gobernar el país debido, sobre todo, a sus posiciones aislacionistas que le llevan a pedir la retirada de Afganistán y de la Alianza Atlántica.

La CDU de Merkel y los liberales del FDP no dudan en afirmar que el SPD no resistiría en una coalición con el Die Linke.

“Hoy hemos asistido a lo que podría pasar si la gente no va a votar… esto hace posible, al final, la victoria de una coalición roja-roja-verde”, comentó por la noche el presidente del FDP Guido Westerwelle, único partido que ganó terreno en las regionales.

Merkel, por su parte, se esforzó últimamente en desvincular estos comicios de los legislativos. “No se trata de un voto test ante las legislativas”, repitió.

Todos los sondeos aseguran que Merkel podrá formar gobierno tras las elecciones de septiembre, al frente de una coalición con el FDP.

(AFP)