Los aros de fantasía son los más populares entre los accesorios para las orejas. Estos se encuentran en millones de formas, colores y estilos, los que permiten a muchas usuarios acceder a ellos y encontrar su modelo perfecto. Sin embargo, existen algunas personas que no pueden usarlos por la gran molestia que les provocan.

Inflamación de la piel, enrojecimiento, dolor, picazón y secreciones, son algunos de los inconvenientes que experimentan quienes intentan llevar este tipo de aros y no pueden. Lo anterior sucede por un simple motivo: son alérgicos.

Quienes no soportan utilizar joyería de fantasía probablemente padecen de un eccema alérgico, término que se emplea para describir una dermatitis o “inflamación de la piel”, según explica el sitio médico Dermatología. Los alérgicos que tienen contacto con este material se arriesgan a una fuerte infección si no se lo quitan a tiempo.

Individual Design (CC) | Flickr
Individual Design (CC) | Flickr

El eccema alérgico se manifiesta por una alergia al níquel, material que se encuentra en toda la joyería de fantasía y que también está presente en algunas joyas de plata y oro blanco, y que no es usado en ejemplares de oro: motivo por el que los afectados no sienten molestias al usar este último metal.

Respecto a su origen, los expertos explican que es una herencia genética, aunque el algunos casos se desarrolla a lo largo de la vida.

Para quienes se niegan a usar oro, pueden optar por joyería elaborada por acero quirúgico (la que no provoca reacciones) o aplicar una capa de esmalte transparente sobre el alambre que va dentro de la perforación de modo que este funcione como aislante.