Si durante toda tu infancia pasaron diciéndote que la be (de barco) y la ve (de vaca) se pronunciaban distinto, y que debías poner tus labios de tal y tal forma para enunciarlas, perdiste bastante tiempo.

Lo sentimos, pero hay que ser claros.

“Te juro que la be y la uve se pronuncian igual”, se titula una columna de la especialista en lengua española de la Universidad de Sevilla, en España, María Dolores Pons, publicada en el suplemento del diario El País, Verne.

En el texto explica cómo hemos creído esa falsedad durante años, viviendo en lo que sería un error lingüístico fatal para los aficionados al idioma.

El castellano proviene de la lengua latina, quedando en compañía del francés, el italiano, el portugués y de otras menos habladas como el gallego, el lombardo y el friulano.

Así, por ejemplo, si en latín mesa es mensa, para qué haber modificado tanto las costumbres, dificultando su pronunciación.

En la lengua materna ya existía la be y la uve
(en Chile conocida como ve o ve corta), por lo que la Real Academia Española sólo posicionó las consonantes correspondientes en palabras donde ya estaba. Ejemplos: vinum y vino, vivet y vivir; bibet y beber; y también donde, en el latín, había una pe entre dos vocales.

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Y, desde ese entonces, las consonantes se pronunciaban sin distinción. De hecho, en la web de la RAE existe un artículo en el que explícitamente manifiesta que “los hispanohablantes que utilizan el nombre ve suelen acompañarlo de los adjetivos corta, chica, chiquita, pequeña o baja, para poder distinguir en la lengua oral el nombre de esta letra del de la be, que se pronuncia exactamente igual”.

Tanto así que la especialista aseguró que no hay base para continuar con “la falsa creencia de que a cada letra le corresponde un sonido”.

Pero, ¿hay diferencia?

La experta detalla que existe variación en la pronunciación, pero que no depende de la utilización de una letra u otra.

De esta forma, cuando enunciamos la consonante be o ve entre dos vocales, suele sonar fricativo (el aire roza los órganos articuladores). Así, decir “la vaca” es muy distinto a decir sólo “vaca

En este último caso se genera un sonido oclusivo (hay contacto entre órganos articuladores, por lo que se impide momentáneamente el paso del aire para luego salir bruscamente).

Así, no hay diferencia entre ambas consonantes. Todo depende del lugar en que esté.