Una querella por indemnización contra el Cementario Municipal de Curicó presentaron los padres de la fallecida Julia, luego que la Seremi de Salud emitiera un documento que confirmaba la ausencia del cuerpo, recalcando que se trataba de un “terreno virgen”.

Según lo manifestado por el abogado Cristian Merino, quien representa al matrimonio constituido por René Quitral Muñoz y Julia Vidal González, la historia se remonta a 1976, cuando a los pocos minutos de nacer, Julia del Carmen Quitral Vidal perdió la vida y fue sepultada en el patio número cinco del citado camposanto.

Tras el deceso, y por recomendación médica, la madre cesó las visitas a la sepultura de su hija por un tiempo. Cuando volvió al lugar, en 1977, se percató que los restos de la menor habían sido trasladados hasta el patio número seis.

Un nuevo capítulo se escribe en 1980, cuando la pareja tiene mellizos: Gonzalo y Diego. El último de los menores falleció y fue sepultado también en el patio número seis, muy cerca de su hermana Julia.

Si bien en estricto rigor se trataba de una sepultura de carácter temporal, con el paso de los años, recalca Merino, el matrimonio canceló los respectivos requerimientos, tal como en su momento lo solicitó el cementerio.

Ya en el 2014 la familia tomó la decisión de comprar una sepultura perpetua en cementerio Parque del Recuerdo, esto a fin de “reunir a Julia con Diego”, explicaron. Para ello solicitaron una autorización a la Seremi de Salud del Maule y cancelaron la cifra solicitada para realizar el trámite.

Dicho organismo fue el que en definitiva emitió un documento, el cual indica que para el caso de la sepultura de Julia “no se encontraron las osamentas”, es decir, el terreno “era virgen”.

Por su parte, los restos de Diego sí permanecían donde se indicaba, quien fue trasladado a su nuevo nicho.

El abogado agregó que como ninguna de las respuestas entregadas a la fecha tanto por la directora del cementerio de aquel año, como por el actual alcalde de la ciudad “satisfizo a la familia”, quienes finalmente optaron por presentar la querella.

“Lo que se está demandando en este caso es el daño moral por la aflicción e impotencia que experimenta la familia ante la imposibilidad de poder constatar los restos mortales de su hija y hermana, para poder brindarles sagrada sepultura y poder visitarla regularmente”, acotó el jurista.

A fin de resarcir el daño generado, el matrimonio decidió interponer una demanda en el Segundo Juzgado de Letras de Curicó, la cual se argumenta con la “falta de la debida fiscalización y control de registro de inhumaciones y exhumaciones que derivó en el extravío de las osamentas”.

Respecto a la indemnización, el documento indica que se ha solicitado $100 millones para cada uno de los padres, $33 millones para los hermanos de Julia.