Culpable por conducción en estado de ebriedad con resultado de muerte y no prestar ayuda a la víctima, fue el veredicto del Juzgado de Garantía de Viña del Mar contra Tomás Vives Viveros, conductor que la madrugada del 2 de marzo atropelló al estudiante universitario Benjamín Lillo Oneto, en Reñaca.

El próximo martes se dictará sentencia contra el hombre, que al momento del accidente tenía 1,65 gramos de alcohol por litro de sangre. Conductor al que le lograron acreditar los dos delitos que eran solicitados por el Ministerio Público y la parte querellante, por lo que se pide 15 años de cárcel, detalló el fiscal a cargo, Fernando Hood.

Son 10 años por el delito de conducción en estado de ebriedad y 5 años por el delito de no haber prestado ayuda a la víctima lo solicitado, explicó el fiscal.

La defensa de Vives Viveros, solicita 7 años y la posibilidad de que esta pena sea conmutada por libertad vigilada intensiva, apelando a que Vives ha colaborado con la investigación y que no se negó a practicarse la alcoholemia.

Sobre esta petición, el abogado de la familia, Jaime Vera, indicó que “no procede”, porque excede la cantidad máxima de años que permiten optar a la libertad vigilada y apelarán a eso para lograr los 15 años de presidio.

Gastón Lillo, padre de Benjamín, indicó que la declaración de culpabilidad para Vives los deja conformes. Asimismo, espera que el Tribunal entregue un mensaje potente de “manejo responsable y que no existan más este tipo de delitos. Nada nos va a devolver a Benjamín, pero nos sirve para ir cerrando los capítulos”, afirmó.

El mediodía del martes se dará lectura a la sentencia en el Juzgado de la ciudad jardín, en un caso en que la parte querellante pide la pena máxima de 10 años y un día por conducción en estado de ebriedad y 5 años y un día por no prestar la ayuda a la víctima, mientras que la defensa solicita la pena de 4 años de libertad vigilada por el primer delito y 3 años y un día de libertad vigilada intensiva por el otro.