En marzo del 2014, entre aplausos y agradecimientos de las autoridades que se despedían de su gestión en el gobierno de Sebastián Piñera, se colocó la primera piedra del tercer puente. La promesa para acabar con los tacos entre Temuco y Padre Las Casas.

Más de tres años han transcurrido desde ese día y el emblemático viaducto, el primero atirantado en Chile, no tiene fecha de término y nadie parece tener claridad de la continuidad de las obras.

El proyecto no ha estado exento de polémicas y las últimas comenzaron en abril de este año, cuando Radio Bío Bío dio a conocer un informe de Contraloría que revelaba complejas deficiencias técnicas.

De inmediato el ente ordenó reparaciones, pero el instructor académico del Departamento de Obras Civiles de la Universidad Técnica Federico Santa María en Valparaíso, Ramiro Bazáez, explicó las dificultades que se podían presentar.

El ente fiscalizador de la obra, el Servicio de Vivienda y Urbanización (Serviu), bajó el perfil a las observaciones de Contraloría y aseguró que fueron reparadas.

Al menos así lo dijo la jefa subrogante del Departamento Técnico del Serviu en La Araucanía, Soledad Fuentes.

Sin embargo, el hecho abrió la puerta a las dudas de políticos, ciudadanos y autoridades que manifestaron su preocupación en cuanto a la calidad de la construcción y la continuidad de las obras, que debían terminar hace 11 meses.

El alcalde de Temuco, Miguel Becker, fue uno de los que criticó el retraso en la entrega del puente.

Y es que tal como lo decía el alcalde, el viaducto debía ser entregado en octubre del 2016, pero ante la compleja situación se concedió un nuevo plazo que vence en diciembre de este año.

En julio una nueva polémica golpeó al Serviu. Los trabajadores de la española Proinco paralizaron la construcción del viaducto frente a la incertidumbre de su situación laboral

Dos meses más tarde el gerente de Proinco, Luis Alonso, recordó que el Consorcio Paicaví, a cargo de las obras, puso término al contrato y reveló que lo hizo a pesar que les debe más de 100 millones de pesos.

Pero la inquietud de las autoridades comunales, vino luego que el español afirmara que el Serviu tiene una deuda de más de $4 mil millones con la empresa a cargo del viaducto.

A pesar de la dificultad para lograr respuestas del Serviu, La Radio logró obtener una declaración y fue el jefe del Departamento Jurídico, Rodrigo Urra, quien negó las deudas.

Ante la presión de la ciudadanía para conocer la real situación del puente, la intendenta de La Araucanía, Nora Barrientos, afirmó que se presentará un nuevo calendario de trabajo.

Sin embargo las dudas persisten y el alcalde de Padre Las Casas, Juan Eduardo Delgado, exigió transparencia a las autoridades y solicitó las explicaciones de la ministra de Vivienda ante el temor de una nueva licitación de las obras.

Las autoridades pretenden zanjar la situación y dar una segunda oportunidad al Consorcio para finalizar el puente en 2018, traspasando la responsabilidad al nuevo gobierno y que sería el tercero en asumir las obras del emblemático proyecto.

La construcción supera los 46 mil millones de pesos, además es la única de este tipo en el país y Sudamérica, por lo cual algunos esperan que se transforme en un ícono de La Araucanía y otros temen que se convierta en el próximo Cau Cau.