Paula Díaz vivía una vida tradicional hasta hace 4 años, cuando comenzó a sufrir espasmos y movimientos involuntarios que fueron evolucionando hasta tenerla postrada en cama, con su cuerpo cada vez más rígido, sufriendo dolores que hoy le son insoportables. Más de una decena de diagnósticos no concluyentes han ayudado poco y nada en su estado de salud y han mermado gota a gota la energía de su madre, María Cecilia.

Con sólo 19 años, Paula pide la eutanasia.

“Mi mamita siempre ha salido adelante, saca fuerzas y sigue adelante por más que sea difícil, pero esto ya no lo puedo soportar, de urgencia pido esa opción de la eutanasia, porque ya no puedo dormir un segundo. Mi piel, mi cuerpo, mis órganos ya no pueden más. No puedo descansar porque me voy a apoyar y mi cadera se sale, mi mandíbula. Y me asusto de tanto que he aprendido a soportar el dolor, es demasiado…”, indicó la propia joven a El Mostrador, medio que hoy publicó su caso.

Síntomas y el comienzo de todo

Paula sufre de un dolor constante, que no le permite sentarse ni mantenerse mucho tiempo en una misma posición. Siente que se quema al roce de las sábanas, y dice que el ardor se extiende incluso hasta sus ojos, lo cual es la razón de que ya no los quiera abrir.

Su cuerpo está cada vez más rígido, vomita regularmente porque su garganta también ha dejado de responder de buena manera. Sus rodillas se dislocaron y sus piernas se doblaron hacia atrás, ahora vive con ellas pegadas a la espalda.

La pesadilla comenzó en 2013 con fuertes dolores de cabeza, y una tos que no la abandonó nunca más. Ese año vio 4 médicos y allí comenzaron los diagnósticos. Coqueluche fue lo primero. Luego, los doctores insistieron en que debía ser meningitis, lo cual terminó descartándose.

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Diagnósticos y falta de pronóstico

El citado medio pudo revisar los certificados médicos que la madre de Paula ha acumulado desde 2013. “Bronquitis obstructiva, neumonitis, tos irritativa persistente, eritema laríngeo, enterovirus, síndrome depresivo mayor, corea postinfecciosa, hipoacusia, escoliosis, ataxia, síndrome conversivo grave, movimientos involuntarios, dolor generalizado, síndrome vestibular atáxico, meningoencefalitis viral, encefalitis postvacuna, epilepsia tipo no especificado”, son los diagnósticos enumerados.

El más doloroso de ellos, según la propia madre, fue el de síndrome conversivo grave entregado por la Teletón, el cual se trata de un trastorno psiquiátrico grave que habría significado que Paula simulaba los síntomas que padece. Diagnóstico que aquejó a la familia hasta que en la clínica Tabancura se comprobó posteriormente el daño neurológico.

Abandono

María Cecilia, madre de Paula, lamenta y acusa abandono, tanto de los médicos que no han insistido en el caso de su hija ,como de parte del Gobierno. Asegura que requirió una pensión de gracia a la Presidenta, enviándole un video que relata su historia, pero nadie le ha contestado.

Sin embargo, el Departamento de Acción Social de la Subsecretaría del Interior confirmó a El Mostrador que la pensión fue aceptada y está a la espera de ser firmada por los ministros competentes.

De darse esta pensión, en algo se podrá mitigar el esfuerzo de María Cecilia, quien tuvo que irse junto a sus dos hijas a la casa de su madre en Talca y dejar su trabajo como profesora para dedicarse exclusivamente a su hija. Hoy vende humitas para paliar sus gastos.

Respecto al futuro, lo que más le repiten a la familia de Paula es que lo mejor sería llevarla al extranjero, donde podría encontrar las respuestas que le han sido esquivas.

Cabe destacar, que la propia Paula quiere que se conozca su caso, y por ello habló entre lágrimas, casi colgando de la cama donde sufre con su cuerpo tullido, moviéndose todo el tiempo en busca de una posición menos dolorosa, recibiendo el cuidado de su madre que sólo logra calmarla por breves momentos gracias a un aceite de cannabis que le dio la Fundación Daya.