Conmoción en Reino Unido provocó el hallazgo del cuerpo de la diplomática británica Rebecca Dykes, de 30 años, quien había desaparecido el viernes por la noche tras abandonar un bar donde compartía con amigos.

La joven, quien trabajaba para el Departamento de Desarrollo Internacional de la embajada, había estado en el barrio de Gemmayzeh en el centro de Beirut, la capital, donde permaneció hasta cerca de la medianoche. Señaló que debía regresar temprano a casa ya que al día siguiente tenía un vuelo que la llevaría a pasar las festividades junto a su familia.

Sin embargo jamás llegó. Su cadáver fue hallado posteriormente en la autopista de Metn, a varios kilómetros de distancia, con signos de haber sido agredida sexualmente, consigna el diario británico The Telegraph.

Los primeros datos entregados por las autoridades libanesas indican que la joven fue violada y estrangulada.

Mapa de la zona | The Telegraph
Mapa de la zona | The Telegraph

“Es horroroso. No teníamos idea de lo que le había ocurrido hasta que hoy (domingo) nos llamaron de la policía para que entregáramos nuestro testimonio”, indicó uno de los amigos de la joven al matutino, el que no se identificó.

Rebecca Dykes había trabajado en la embajada británica en Beirut desde enero de este año. Desde 2010 había servido al ministerio de Relaciones Exteriores y la oficina de la Commonwealth en Irak y Libia. Tenía estudios en antropología de la Universidad de Manchester y de Gobierno Global y Seguridad Internacional de la Universidad de Londres.

Mediante un comunicado, la familia consignó: “Nos encontramos devastados por la pérdida de nuestra amada Rebecca. Estamos haciendo todos los esfuerzos para comprender lo que sucedió”.

En tanto Hugo Shorter, el embajador británico en el Líbano, indicó que todo el cuerpo consular se encontraba impactado y entristecido por la noticia. Además de indicar que su prioridad era confortar a la familia de Rebecca, aseguró que estaban trabajando junto a las autoridades locales para encontrar al o los culpables.

Cabe consignar que pese al precario equilibrio en materia de seguridad en que vive el país, este tipo de crímenes son inusuales en Beirut.