En el último capítulo de “El camino del comediante” de Canal 13, Edo Caroe, humorista y mago chileno consagrado en el Festival de Viña del Mar y el Festival de Olmué, reveló el momento más difícil que ha vivido en su carrera.

El recuerdo tiene relación con sus inicios en el oficio de la magia y la comedia, cuando recién había concretado su matrimonio. “No sabemos por qué hicimos semejante locura… Ella estaba embarazada y se nos ocurrió casarnos”, dijo el ilusionista.

“Fue tan rápido, tan escondido, que llegué tarde porque estaba comprando una champaña y un Chis Pop. Yo estaba estudiando Derecho… Me gustaba la carrera, pero surgió la posibilidad de trabajar como mago y todo cambió”, rememoró Caroe.

“(Cuando eso pasó) ya no me podía concentrar: estaba con las cartitas, escribiendo cosas, entonces no me fue bien, fue un momento de hambruna y miseria”, reveló sobre sus peores días en el negocio del espectáculo.

Su relación amorosa fue lo primero que se resintió con el escuálido momento laboral: “Dos o tres años fue terrible. Luego nos separamos (con su esposa) porque no funcionó. Me devolví a Temuco: estaba solo y con una carrera de mago muy miserable”, reconoció.

“Tuve que volver a vivir con mi mamá, con una depresión horrible. Tuve que llegar al psiquiatra, con pastillas”, resumió Caroe, quien luego vio una salida detrás del espiral: al tiempo de su arribo al sur, comenzó a trabajar como mago en celebraciones de cumpleaños, y su familia volvió a vivir con él. Fue el inicio de su resurgir.