El 7 de enero, la actriz porno Lexi Rose Forte, conocida como Olivia Nova, fue encontrada muerta en una habitación de Las Vegas. Nova, de 20 años, llevaba diez meses trabajando en películas para adultos.

Al conocerse la noticia, la celebrity estadounidense Tila Tequila, conocida por su participación en realities, publicó un mensaje en su página de Facebook afirmando que sus oraciones habían sido oídas:

“Literalmente acabo de rezar contra la industria del porno y pedí que estas estrellas pornográficas sufran enfermedades y empiecen a morir (…). ¡Y al rato veo en las noticias que una estrella porno murió de repente! ¡Dios me escucha y me concede todo lo que pido en nombre de Jesús! (…) ME HE LEVANTADO PARA CONDENAR Y JUZGAR A ESTA GENERACIÓN!!!”, escribió.

Más allá de su notorio entusiasmo, los comentarios de Tila Tequila (quien además es admiradora de Trump y de Hitler, y una terraplanista acérrima) no dan una respuesta a la seguidilla de muertes que viene golpeando a la industria del porno desde julio del año pasado. El 22 de ese mes January Seraph, de 31 años, se colgó en su departamento en San Francisco.

En noviembre, la actriz canadiense Shyla Stylez, 35 años, murió mientras dormía en la casa de sus padres. El 5 de diciembre, August Ames, de 23, dejó una nota pidiendo disculpas a su familia y se colgó. Ocho días después, Yuri Luv murió de una posible sobredosis en su casa en Los Ángeles a los 31 años.

La muerte de Olivia Nova fue la primera de este año, pero no la última. El 20 de enero Olivia Lua, también de 23 años, fue hallada muerta en una clínica de rehabilitación en la que se encontraba desde octubre. En un comunicado, la agencia LA Direct Models confirmó que la causa de muerte probable fue la mezcla de drogas y alcohol.

Always and Forever

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El Adult Performer Advocacy Committee (Apac), organización que trabaja por la educación y la defensa de los actores de la industria para adultos, no ha quedado indiferente. En una entrevista para el New York Post, la presidenta de la agrupación, la actriz Mia Li, reconoció que hay un patrón alarmante. “Una muerte ya es mucho para procesar, ¿pero cinco? Eso es simplemente inaudito. Estamos colectivamente preocupados”, confesó.

Li no está sola a la hora de ver una pauta inquietante. En los últimos meses, diversos medios internacionales han tratado de contestar la misma pregunta: ¿Por qué están muriendo tantas actrices de la industria pornográfica?

La presión del trabajo

Luego de la muerte de Olivia Lua, el diario británico Daily Mail consignó el comunicado de LA Direct Models, agencia que también representaba a Olivia Nova. Allí, su director Derek Hay enfatizaba que la cercanía en las fechas de muerte, así como que compartieran el mismo nombre artístico, no era más que una lamentable coincidencia.

Sin embargo, algunos personajes de la industria opinan que sí hay un factor común: se trata de muertes que pudieron haberse evitado con la ayuda profesional adecuada para evitar el abuso de drogas o la depresión.

La Apac reconoce las dificultades para encontrar profesionales de la salud mental calificados para trabajar con artistas de películas para adultos, sobre todo por el estigma con que estos cargan.

A propósito del fenómeno, la organización ha publicado una serie de comunicados en los que insiste en la importancia de tomar en serio la salud mental y el necesario autocuidado entre los integrantes de la industria. “Hay generaciones de negatividad ante el sexo que debemos superar en lo legislativo, lo social y lo interno, pero estamos trabajando por el cambio. La negatividad, la violencia y el acoso que los actores enfrentan online y en la vida real es condenable” concluye una de las declaraciones.

La actriz Ela Darling, quien también fue presidenta del Apac, aclara que la industria del porno es tan buena como cualquier otra para trabajar, pero con una serie de presiones extras.

“El porno es un buen trabajo. Lo duro es que es freelance. Lo duro son los períodos bajos cuando estás solo contigo mismo, pensando ‘¿Volveré a trabajar de nuevo?’”, explica Darling, una veterana de 31 años con ocho de experiencia frente a las cámaras.

Además, la presión por mantenerse a flote es altísima y la competencia es descarnada. La actriz Carmen Valentina, a sus 31 años, sabe cuán complejo es mantenerse vigente: “Cuando recién llegas, todos te aman, pero siempre hay nuevas chicas llegando y es fácil sentirse descartada”.

“Es una carrera que depende de cómo te ves. Cuando eres joven y hermosa, piensas que va a durar para siempre, pero cuando eso no pasa, tienes que recurrir a tu fortaleza interna”, dice Valentina.

El excesivo grado de exposición en internet también es un problema. Aunque las redes sociales son herramientas fundamentales para ganar popularidad y escalar en la industria, también son instancias difíciles de controlar que pueden explotar en cualquier momento. “Resulta difícil para los actores cambiar a modo privado cuando se enfrentan a la familia y a los amigos. O al juicio de las redes sociales”, asegura Mia Li.

El caso de August Ames es un ejemplo contundente.

Salud mental

Una semana antes de su suicidio, Ames fue víctima de ciberbullying por un comentario en Twitter acerca de no trabajar con un actor que había participado en escenas gay. Fue acusada de homofobia y acosada a través de las redes sociales.

Como consigna Rolling Stone, incluso colegas de Ames contestaron con mensajes ofensivos. Uno de ellos fue Jaxton Wheeler, un artista porno cisgénero que se identifica como pansexual, quien le tuiteó: “El mundo está esperando que te disculpes o que te tragues una píldora de cianuro”.

El último tuit de Ames decía “fuck y’all”. Su cuerpo fue encontrado al día siguiente. El medio The Sun informó que tanto su marido como su hermano culparon directamente al enorme bullying online que había sufrido en los últimos días.

De acuerdo a la revista Men’s Health, Ames había revelado en un podcast que hace tiempo luchaba con problemas de depresión y desorden bipolar que no había podido tratar profesionalmente debido al estigma de su actividad:

“Me contactaba con alguien y me sentía mal porque me iban a preguntar por mi profesión y yo diría ‘Oh, estoy en la industria para adultos’. Y entonces sentía que ellos iban a pensar ‘Oh, esa es la razón por la que eres como eres’ y al final me desanimaría”.

Este problema es compartido por muchos trabajadores de la industria para adultos. El actor Conner Habib explica que “el problema es que la mayoría de los médicos y profesionales de la salud mental tienen los mismos prejuicios que todos los demás. (…) Han absorbido la idea de que el porno es malo en nuestra cultura”. Es decir, asocian la industria pornográfica a drogadicción y a enfermedades venéreas.

“Gran parte de los profesionales de la salud no consideran nuestra actividad como un trabajo más. Lo tratan como una indicación de problemas más profundos” afirma Ela Darling. “Nuestro trabajo no es tratado como trabajo, sino como un síntoma”, concluye.

Últimas palabras

Olivia Lua también mostró indicios de depresión a través de sus mensajes en las redes sociales. Algunos días antes de su muerte, el 13 de enero, tuiteó sólo nueve caracteres: “Unlovable” (Inquerible).

Habían pasado tres meses desde que LA Direct Models cancelara su contrato. Según la agencia, había comenzado a presentarse drogada a trabajar. Su último tuit fue una foto de ella con este mensaje: “Lo siento en todos lados. Nada me asusta ya”.

Durante la última Navidad, Olivia Nova tuiteó que estaría sola durante las fiestas y que quería regalarle a un fanático una llamada telefónica. “Eso levantaría mi espíritu” concluía el mensaje. Un poco antes había sido víctima de ciberbullying a propósito de la muerte de su novio por una sobredosis de heroína en abril.

Olivia Nova | redes sociales
Olivia Nova | redes sociales

En septiembre, en una entrevista con el fotógrafo Dave Naz, confesó que muchas veces pensaba en una vida fuera de la pornografía y que planeaba volver a estudiar.

Nova tenía problemas con el alcohol. Los médicos le habían advertido en octubre que si no se mantenía sobria, no sobreviviría. Tres días antes de morir le había confesado a un amigo que quería cambiar de vida y disfrutar de una familia que la amaba. La causa de su muerte fue una severa infección urinaria que se expandió hasta sus riñones. Su madre se enteró de su trabajo solo después de que su cuerpo fue encontrado.

Si sus muertes son solo una coincidencia, como afirmó Derek Hay, al menos tienen algo en común: han servido para poner en evidencia los problemas que ellas no alcanzaron a resolver.