Pese a estar operativo desde hace varios días, este lunes se inauguró el relleno sanitario La Laja, en la provincia de Llanquihue. Algo que no ha podido ser replicado por Osorno, que mantiene estancada una iniciativa similar en el sector de Curaco.

El de Llanquihue, ubicado específicamente en la comuna de Puerto Varas, también contó con una inversión superior a los 10 mil millones de pesos, convirtiéndose en el más moderno de Chile y Sudamérica, misma perspectiva que tenía el de Curaco, pero que por diversos motivos no se ha concretado.

Para el alcalde y presidente de los alcaldes de Llanquihue, Ramón Espinoza, la noticia es más que positiva. Si bien reconoció dificultades, remarcó que las autoridades no sólo deben estar para los aplausos.

En el caso de Osorno, una falla geológica ha obligado a la realización de un estudio que establezca la viabilidad de continuar con faenas en el kilómetro 5 de la ruta U-400.

Sin embargo, el relleno de Curaco ya había tenido su primer traspié a la hora de solicitar recursos al Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR), con un aumento de presupuesto superior a los 3 mil millones de pesos, los que se sumaron a lo aportado por el Banco KFW de Alemania, siendo adjudicadas las obras a la empresa Servitrans, que tiene desde hace años los contratos por recolección de basura de la ciudad.

A ello se suma la falta de una arcilla apropiada, problema tampoco detectado en los estudios previos del proyecto, por lo que debiera importarse una carpeta plástica que subsane dicho “detalle”.

Para el presidente de la mesa provincial del Consejo Regional en Osorno, Harry Jurgensen, es lamentable que el “hermano llanquihuano” del relleno sanitario osornino si haya cumplido exitosamente los plazos estipulados en el mismo proyecto, pues si bien también hubo dificultades, al final ya está operativo.

Para el consejero regional, la cosa huele mal, atreviéndose a comentar que ante estos problemas se podría estar haciendo una jugada para evitar pagar boletas de garantía por parte de la empresa ejecutante.

Según su parecer, la diferencia entre los rellenos sanitarios de Llanquihue y Osorno, es que en el primero existió un trabajo conjunto entre la empresa ejecutante y la Unidad de Residuos Sólidos del Gobierno Regional, lo cual no podría afirmarse en el caso de Curaco.

De todas formas, comentó que el relleno se tiene que hacer sí o sí, aún cuando las obras sean abandonadas. “Ojalá esté equivocado y se hagan a la brevedad”, dijo Jurgensen.

Sobre este mismo tema, la gobernadora Tabita Gutierrez fue enfática en decir que el relleno sanitario de Osorno se construirá sí o sí.

La fecha definitiva, eso si, aún no se conoce.