Las autoridades estadounidenses anunciaron este lunes que no enjuiciarán a un policía blanco que mató a un niño afroamericano en noviembre de 2014 en Cleveland, en el estado de Ohio. El menor, llamado Tamir Rice, tenía en su mano un juguete que simulaba un revólver.

El fiscal del caso, Tim McGinty, indicó que de acuerdo a las pruebas que tenía, consideran que el funcionario policial actuó de acuerdo al marco de la ley. “Basándose en los elementos de prueba que consultó y en el recurso de la policía a la fuerza letal en el marco de la ley, el gran jurado decidió no presentar cargos penales”, declaró el funcionario.

La escena fue filmada por una cámara de video de vigilancia, que muestra a dos agentes policiales interviniendo en una plaza en la ciudad de Cleveland, tras haber sido alertados de la presencia de un joven armado. Uno de los agentes abrió fuego segundos después, matando al joven Rice de dos balazos en el abdomen.

El caso provocó la indignación de numerosos estadounidenses, que ya estaban realizando manifestaciones en protesta por la presunta impunidad de policías blancos implicados en la muerte de negros.

Un año después, la oficina del fiscal concluyó que la decisión del policía de disparar a Rice estaba justificada porque el joven podía ser considerado una amenaza. El gran jurado se plegó a este punto de vista.

La madre de Tamir, Susan Rice, había pedido que los dos policías fueran condenados.

“La familia de Tamir está triste y decepcionada, pero no sorprendida. Desde hace meses se ha hecho evidente que el fiscal del condado de Cuyahoga, Timmothy McGinty, engañaba y manipulaba al gran jurado con el fin de orquestar una votación contraria a la inculpación”, afirmaron en un comunicado los abogados de los familiares del joven muerto.

La defensa del niño también llamó al Departamento de Justicia a realizar su propia investigación sobre la muerte de Tamir.