El empresario ambientalista Douglas Tompkins, que falleció este martes, concedió hace un mes la que se convirtió en su última entrevista, dada a revista Paula.

En dicha ocasión, Tompkins, que estaba en proceso de donar al Estado el Parque Pumalín, en la región de Los Lagos, afirmó que no le temía a la muerte.

Al respecto, el fundador de la marca The North Face expresó que “no pienso en eso (la muerte), pero últimamente le presto más atención a mi reloj biológico. Tic, tac, tic, tac”.

En ese sentido, aseguró que su reloj biológico no le decía que parara, sino que “me dice que me apure, que tengo que hacer todo esto antes de que me pille la muerte. Uno tiene cuánto tiempo en la tierra, ¿80, 100 años como máximo? A nivel geológico la vida de un hombre es un abrir y cerrar de ojos”.

En la entrevista, Tompkins igual tuvo palabras para los millonarios chilenos, recalcando que “no son generosos. Pero no por sí mismos, sino porque la cultura filantrópica no es muy fuerte en Chile”.

“En cambio, (la cultura filantrópica) es parte de la cultura norteamericana. Cuando yo tenía 10 años, en las cenas sociales mi padre discutía sobre filantropía. Era el premio por haber obtenido una vida acomodada: devolver algo a la sociedad”, manifestó.

Asimismo, agregó que “es muy gratificante contribuir al bienestar de la sociedad: en el caso mío, salvando algo de naturaleza para la humanidad”.

Por otra parte, el empresario también se refirió a todos los “enemigos” a los que tuvo que enfrentarse, para poder crear los parque en el sur de Chile.

Entre sus “enemigos” están Pablo Longueira, Gabriel Valdés y Edmundo Pérez-Yoma, pero también destacó al presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle.

“¡Eduardo Frei, el presidente de Chile! Él sí que fue nuestro enemigo. Incluso intervino en negocios entre privados. Hizo que la Universidad Católica de Valparaíso rechazara nuestra oferta por el fundo Huinay y se lo vendiera a Endesa”, sostuvo.

El fundo Huinay divide en dos el Parque Pumalín. En dicho lugar, Endesa pretendía construir una mega central hidroeléctrica. No obstante, tras la campaña de Patagonia Sin Represas, que movilizó a todo el país y que Tompkins apoyó con 8 millones de dólares, la compañía de electricidad desistió el proyecto y estaba en conversaciones para devolver los terrenos al parque.

Sobre ello, el ambientalista dijo que “la política de Endesa ha cambiado. Va bien encaminado un acuerdo para que lo traspasen al Estado junto con unas tierras del Ejército, y después se integren a Pumalín. Pero si tengo que ir a Italia o a Suiza a hablar con los nuevos dueños de Endesa, lo voy a hacer. Y si tengo que seguir esperando, también”.