Usó corsé 23 horas al día por 7 años para conseguir una pequeña cintura de 50 centímetros. Además se sometió a 20 operaciones estéticas y recibe cientos de “me gusta” en sus redes.
Estas son las cifras que rodean la vida de Aleira Avendaño, una modelo de 26 años que asegura que “sólo las mujeres más fuertes y más bellas están dispuestos a pasar por el quirófano en el nombre de la perfección”.
Conocida en Instagram por sus exuberantes curvas, la chica que fue portada de Playboy en México no teme en expresar la profunda admiración que tiene por su cuerpo. “Cada mujer debería tener una cirugía plástica para ser verdaderamente hermosa”, cuenta al portal británico Daily Mail.
Cuatro ampliaciones de mamas, dos trabajos de nariz, tres implantes de glúteos, liposucción, un bypass gástrico y la remodelación total de todos sus dientes, son algunas de las operaciones a las que Aleira se ha sometido desde que tiene 19 años. La mujer que admite contar con “todo lo necesario para ser feliz”, asegura estar atenta a las peticiones de sus admiradores.
Si bien reconoce que al principio le costó adaptarse al corsé, después lo adaptó a todos sus vestuarios. “Me encantaba mirar los cambios”, cuenta y agrega: “me acostumbré después de seis mes de usarlo, me sentía desnuda sin mi faja”.
Aleira confiesa saber los daños que usar corsé apretado provoca en el cuerpo; sin embargo, hizo caso omiso a las advertencias médicas. “Un corsé apretado puede tener un efecto desastroso en los órganos internos”, dijo. “Restringe a los pulmones y su respiración, lo que causa la indigestión en el estómago y en casos extremos, puede incluso desplazar el hígado”, reconoce sin culpa.
La modelo señala que es muy relevante para ella poseer un cuerpo en forma de “reloj de arena” y satisfacer a sus seguidores de las redes. Pese al cuerpo que tiene, confiesa que debe mantenerlo y “perfeccionarlo” aún más. “Estoy muy cerca de la perfección”, señala.
“Mis seguidores son muy importantes para mí”, dice Aleira, quien señala que su novio no se manifiesta celoso ante la constante atención que recibe en las redes. “Quiero llamar la atención de tantos followers como sea posible. El mundo necesita ver mi cuerpo”, comenta.
Aleira confiesa que el dolor y sacrificio que ha tenido que enfrentar “han valido la pena”, además de las cicatrices dejadas por el corsé en su cuerpo. Esta modelo es una más que compone a los dos tercios de venezolanas entre 18 y 35 años que se someten a cirugías de mama para corresponder a los estándares de belleza de dicho país.
