Una variante escénica muy atractiva y de gran potencialidad en su desarrollo ofrece la compañía El Origen Laboratorio, que dirige la actriz Rosario Gómez, en “Electra, el éxodo”, luego de “Electra, territorio perdido” (2014).
Es una adaptación de “Electra”, tragedia de Sófocles (496-406 A.C), escrita entre 418 al 410 A.C.; y del libreto de la ópera homónima del austríaco Hugo von Hofmannsthal (1874-1929), estrenada en 1909, con partitura de Richard Strauss (1864-1949).
La obra también suma textos poéticos, danzas y cantos afroamericanos, caribeños y latinoamericanos, en español e inglés, en concordancia con la idea de integración cultural de la compañía.
Su metodología de trabajo se basa en las técnicas del “arte como vehículo” para el autoconocimiento, “el cambio de percepción del performer sobre sí mismo” y el denominado open program, el arte como presentación (el actor no interpreta un personaje).
Cia. El Origen Laboratorio
Una tendencia escénica recogida por la directora en el Workcenter de Jerzy Grotowski y Thomas Richards (Pontedera, Italia), donde estudió en 2013.
Enlaces culturales
“Electra, el éxodo” es un montaje inderdisciplinario y su tema, la prisión y la liberación del ser humano.
La obra es cercana y sensible, una ficción llena de metáforas sobre el ser humano, desarrollada con coreografías sencillas y compromiso físico del elenco.
El rito escénico equivale a un recorrido por los cantos de esclavitud negra del sur de Estados Unidos, spirituals interpretados con técnica afinada, sentido y pasión por el elenco (Rosario Gómez, Vinka Olivares y Hans Martínez; y el percusionista Eduardo Moya).
La propuesta consigue enlazar diversos recursos de origen africano: el movimiento dancelike (parte con pierna izquierda), la “llamada y respuesta” de canto y percusión de palmas; el drumlike, ritmo que se lleva golpeando un palo en piso de madera; y el ring shout, un grito que afirma la unidad con el Espíritu y los antepasados, símbolo de cohesión de la comunidad.
Cia. El Origen Laboratorio
Y agrega un punto de vista: los textos teatrales y operáticos, música y ritmos sobre la esclavitud se proponen como parte de la vida real y cotidiana actual.
Entonces, el montaje incluye fragmentos de “Sucede que me canso de ser hombre” (Pablo Neruda) y de “Sonetos del penitente”, de la cubana Fina García Marruz.
Y dos canciones: “Deja la vida volar” (Víctor Jara) y “En vano” (Palmenia Pizarro), melodías que propuso el elenco para confrontar el deseo de liberación versus orgullo y soberbia.
Para completar la intervención latinoamericana, el montaje aprovecha el “socavón” colombiano y el yanvalou haitiano, ritmos que hablan del retorno al origen.
Una obra muy entretenida y vital que no construye una galería museológica, sino que penetra a un trasfondo emotivo y cultural que parece que tiene que ver con el origen nuestro, aunque no siempre lo sepamos.
Leopoldo Pulgar
Leopoldo Pulgar Ibarra
Periodista
Teatro de Bolsillo. Erasmo Escala 2185. Teléfono 8 693 7251. Jueves, viernes, sábado, 21:00 horas. $ 4.000 entrada general; $ 2.000 estudiantes y tercera edad. Hasta el 5 de Septiembre.
