Una huelga de hambre de presos de la peligrosa cárcel boliviana de Palmasola, visitada en julio por el papa Francisco, fue levantada la noche de este jueves tras un acuerdo con las autoridades, informó una fuente oficial.

Unos 500 internos en huelga acordaron suspender la medida luego de aceptar un ajuste al presupuesto diario de alimentación y otros beneficios adicionales, dijo el director nacional de Régimen Penitenciario, Jorge López, citado por la agencia oficial de noticias ABI.

La noche de este jueves “se ha suscrito un acta de entendimiento con los privados de libertad realizando ya la suspensión de esta medida que han iniciado el día martes y llegando ya al tercer día de huelga de hambre”, dijo en rueda de prensa.

El acuerdo establece la aceptación de la propuesta del gobierno de subir de 6,6 a 8 bolivianos (0,93 a 1,15 dólares) el bono diario de alimentación para cada recluso. La huelga pedía un ajuste a 25 bolivianos (3,6 dólares).

El entendimiento incluye la construcción de un centro de salud en el penal, por cuenta de la Gobernación de Santa Cruz (centro). La dotación de ítemes para los médicos será financiada por el gobierno central, señaló.

López reveló que el acta de entendimiento no descarta la posibilidad de instalar un nuevo taller comunitario, tras un incendio registrado el fin de semana en el área de carpintería.

Palmasola, donde en 2013 se enfrentaron reclusos con un saldo de 35 muertos, es la cárcel más poblada del país. Datos del Congreso señalan que en 30 de las 45 cárceles bolivianas hay hacinamiento.

Las cárceles de Bolivia tienen capacidad para 5.126 personas, pero existen 13.973 reclusos a nivel nacional, a pesar de que el gobierno dictó amnistías para reducir esa población, según el mismo informe del Congreso.

Además del hacinamiento y la corrupción policial, los presos son víctimas de la lentitud del sistema judicial. Según denuncias de instancias internacionales, más del 80% de los detenidos no tiene condena judicial firme.