Un policía fue abatido a balazos el sábado en el suroeste de El Cairo, informó el ministerio del Interior de Egipto.

Los atacantes dispararon contra un convoy que transportaba a dos prisioneros que estaban a punto de ser liberados y luego huyeron, indicó a la AFP un oficial de policía.

Esta agresión se produjo cinco días después de que uniformados mataran a cinco sospechosos de un ataque en la provincia de Fayum, al suroeste de la capital egipcia.

Desde que Abdel Fatah al Sisi -entonces jefe del ejército y ahora presidente- derrocó en julio de 2013 al jefe de Estado Mohamed Mursi, cientos de policías y soldados egipcios han sido asesinados en ataques en el Sinaí, en el Delta del Nilo y en El Cairo.

Los atentados más mortíferos tienen lugar en la provincia desértica del Sinaí, que se ha convertido en el feudo de un grupo yihadista que juró lealtad a la organización Estado Islámico (EI) y amenaza en estos momentos con ejecutar a un croata secuestrado en julio en El Cairo.

Los yihadistas que operan en Egipto afirman actuar en represalia por la represión sangrienta contra los partidarios de Mursi y que ha dejado en dos años 1.400 muertos, mayoritariamente manifestantes islamistas.