Cuando Chile jugó la semifinal del Mundial Sub 20 Canadá 2007, lo que más me quedó grabado fue un comentario del gran Sergio Livingstone, quien en la antesala del partido dijo en TV que no se le podía pedir más a la selección porque lo que habían hecho ya era extraordinario.

Respeto y respetaré mucho al “Sapito”, pero su comentario no pudo sino caerme como un golpe bajo. ¡Cómo no íbamos a pedirles que salieran campeones! O por lo menos que llegarán a la final, si estaban ahí, a un paso. Mal que mal, siempre he pensado que si uno está en un torneo debe jugar para ganarlo, no por ello siempre tienen que ganar los grandes. Ya vemos a Cobresal, que este año se coronó campeón del fútbol chileno dejando atrás a los equipos grandes.

Volvamos a esa semifinal. En ese equipo habían varias estrellas que este sábado jugarán la final de la Copa América: Arturo Vidal, Alexis Sánchez, Mauricio Isla y Gary Medel. Como recordarán todos, Medel fue expulsado recién iniciado el partido, lo que marcó el tránsito del juego que terminó con varios jugadores chilenos agredidos por la policía canadiense. El rival en esa ocasión fue Argentina y no supimos perder.

Ahora, en nuestra Copa América, el rival nuevamente serán los trasandinos. Al menos no nos tocó Brasil, dirán algunos, pero por alguna razón no nos cuesta tanto revelarnos contra los brasileños como con los argentinos. El gol de Orellana en las clasificatorias a Sudáfrica coronó el único triunfo oficial de La Roja ante el país vecino y no hemos vuelto a darnos ese gustito.

¿Por qué no pedirle a la selección de Jorge Sampaoli que gane este sábado? En pedir no hay engaño, dice el dicho. Pedirles que ganen la final no es obligarlos, es sólo una petición desde el fondo de nuestros corazones, con la ilusión de ver a La Roja dar una vuelta olímpica por primera vez después de 105 años de juego. A todo esto, el primer partido de Chile como selección adivinen con quién fue. Una pista: se jugó en Buenos Aires y, para más remate, el local ganó.

Estamos frente a la oportunidad más linda que la historia pudo darnos para cambiarla. Con Brasil hubiese sido una venganza por el palo de Pinilla y todas las veces que nos eliminaron en los mundiales, pero con Argentina tiene un sabor especial. Hemos crecido a la sombra de ellos como país, mirando siempre para el lado disconformes por lo que nos tocó. Pero los hemos superado en muchos aspectos. Quizás en el fútbol no lo hemos logrado y nunca lo logremos, pero este sábado nuestros 11 gladiadores podrán pararse de igual a igual ante una de las mejores selecciones del mundo donde juega el mejor jugador del mundo. Y en el fútbol todo puede pasar.

Claudio, Keno, Miiko, Pepe, Gonzalo, Huaso, Gato, Chapa, Celia, Mago, Mati, Bose, David, Gary, Pipe, Charles, Marcelo, Alexis, Mauricio, Vargitas, Ángelo, Paulo y Johnny, no todos van a entrar a la cancha, pero son uno solo, y nosotros los hinchas seremos uno con ustedes. No importa que hoy no sepamos cuántos chilenos en realidad somos, pero este sábado va a ser fácil contarnos. Por 90 minutos seremos uno con ustedes, muchachos. La historia se hizo para cambiarla.