Los recursos de apelación pendientes permitieron al administrador del Juzgado de Garantía de Tomé volver a su cargo, no obstante la remoción decretada por el presidente de la Corte de Apelaciones de Concepción y otra sanción aplicada de 4 meses de suspensión, en ambos casos por graves irregularidad en el desempeño de sus funciones.

Werner Arellano enfrentó dos investigaciones administrativas, acreditándose en ambas licencias médicas excesivas en el último tiempo, ausencias injustificadas al tribunal, mal manejo de los recursos para el funcionamiento del juzgado y un desorden general que derivó en el atraso en más de 1500 causas.

Pese a haber sido notificado de la destitución y la suspensión del cargo, y luego del término de una última licencia por enfermedad, Arellano regresó al Juzgado de Tomé, explicándose en la Corte de Apelaciones que el administrador puede seguir ejerciendo mientras no se resuelvan las apelaciones.

Trascendió que los ministros del tribunal de alzada habrían dejado sin efecto la remoción determinada por la Presidencia de la Corte, cuestionando las dos investigaciones paralelas realizadas en contra del funcionario.