La opción de un gobierno de derecha en Israel iba concretando el viernes tras las reuniones con los líderes de la derecha nacionalista y religiosa que mantuvo el primer ministro saliente, Benjamin Netanyahu, encargado de formar una coalición de gobierno en menos de tres semanas.

Netanyahu conversó separadamente con su ministro de Relaciones Exteriores saliente, el ultraderechista Avidgor Lieberman, y con Naftali Bennett, líder del partido ultranacionalista Hogar Judío.

Citando a fuentes políticas, la radio pública israelí indicó que las discusiones para formar gobierno estaban “progresando”.

Según los comentaristas, para finales de abril habrá una coalición de 67 diputados (de los 120 que integran el parlamento) de derecha, mientras se va alejando la posibilidad un gobierno de unión nacional con el partido laborista.

Las conversaciones con Bennett fueron calificadas de “buenas y productivas”, según fuentes políticas citadas por la radio pública.

Según esta radio, Lieberman habría asegurado tras reunirse con Netanyahu que la disputada distribución de carteras ministeriales no sería un obstáculo para la entrada de su partido, Israel Beitenu, en una coalición dirigida por Netanyahu.

Lieberman no ha ocultado su ambición de seguir siendo ministro de Exteriores israelí, un puesto anhelado por muchos, entre otros, el propio Bennett.

Netanyahu, líder del partido Likud, ganador en las elecciones parlamentarias del 17 de marzo, quiere constituir una coalición que se anuncia muy orientada a la derecha, si bien la prensa israelí ha evocado negociaciones secretas con el Partido Laborista de Isaac Herzog. Ambas formaciones desmintieron, no obstante, esos encuentros.

Netanyahu debe formar gobierno antes del 22 de abril. Si no lo logra, podrá solicitar dos semanas más para seguir negociando.