Si bien no existe ningún estudio que compruebe en un 100% que la radiación de los celulares es dañina para el organismo, algunas investigaciones lo han sugerido.

Por ejemplo, un sondeo realizado por el biólogo británico William Stewart en 2005, señala que los niños menores de 8 años no deberían usar teléfonos móviles. Es más, en el Reino Unido se sacó del mercado un aparato dirigido a pequeños de esa edad ese mismo año.

Asimismo, tras revisar una serie de estudios de diversos científicos alrededor del mundo, en 2011 la OMS advirtió que el uso de celulares podría causar cáncer y también desaconsejó que los niños manejaran este tipo de dispositivos.

“El cráneo y el cuero cabelludo de los niños es más delgado. Así que la radiación puede penetrar más profundamente en el cerebro de los niños y adultos jóvenes. Sus células se dividen a un ritmo más rápido, por lo que el impacto de la radiación puede ser mucho mayor”, señaló Keith Black, del Centro Médico Cedars-Sinai a BBC Mundo.

Desde el punto de visto psicológico

Tal como señaló el psicólogo Claudio Sanhueza hace un tiempo a BioBioChile, él cree que los niños utilizan los celulares para jugar y no para comunicarse.

Para el profesional, el problema es que estos aparatos funcionan como “consolas de juegos” que no entregan espacios de encuentro con otros niños, impidiendo el desarrollo de habilidades sociales y la realización del ejercicio corporal que nace naturalmente del contacto de los pequeños con sus pares.

Por su parte, la psicóloga infantil de la Universidad del Desarrollo, Alejandra Alarcón, precisó la importancia del “juego” como un espacio de socialización y crecimiento, que junto al movimiento físico les permite entender el mundo que los rodea.

Lo complejo es que los pequeños que dejan de lado estas instancias “no están expresando su mundo interno, ya que este le permite la comunicación consigo mismo y con los demás”.

Otros peligros

Un estudio publicado por la Academia Americana de Pediatría (AAP por su sigla en inglés) analizó el “sexting” o envío de mensajes sexuales en los teléfonos de los menores.

En este sentido determinó que los niños que recibieron mensajes de este tipo eran más propensos a iniciarse sexualmente en forma temprana.

Por lo mismo, recomendó a los padres conversar en torno a este tema al momento que el niño adquiere un celular.

Asimismo, aconsejó supervisar el uso de dispositivos móviles, especialmente aquellos con acceso a internet, y mantener una buena comunicación al respecto con los hijos.

Los autores recordaron que la iniciación sexual temprana se correlaciona con mayores tasas de infecciones de transmisión sexual y embarazos adolescentes, por lo que no es un tema menor.