El biólogo, investigador y profesor Claudio Latorre junto a su equipo de trabajo, empleando una serie de métodos, como el análisis de fecas de roedores, fósiles en la Pampa del Tamarugal y restos de antiguos humedales y vertientes, han reconstruido la variabilidad climática pasada del desierto de Atacama durante los últimos quince mil años, y que podrían dar cuenta de la presencia humana más antigua de América en ese territorio. Latorre fue una de las exposiciones más comentadas de la jornada del sábado de Puerto de Ideas de Antofagasta, Festival de Ciencia presentado por Minera Escondida de BHP Billiton.

Licenciado en Ciencias Biológicas (PUC), Master of Science (U. of Arizona), Doctor en Ciencias mención Ecología y Biología Evolutiva (U. de Chile), Postdoctorado (U. de Chile). Es profesor (PUC) e investigador del Instituto de Ecología y Biodiversidad, Latorre ha podido encontrar rastros de ocupación humana casi tan antiguos como Monteverde (13.500 millones de años atrás) y que tal vez puedan ser más tempranos que el lugar del sur de Chile:

Latorre y su equipo han demostrado que el clima es un factor fundamental para explicar los patrones de ocupación de nuestros antepasados. La variabilidad climática no solo ha provocado la desaparición de culturas complejas como los chinchorros o tarapaqueños ancestrales, sino que también ha ayudado a entender cómo las sociedades han respondido al desafío de un clima que está cambiando constantemente.

Consultado por el actual debate en cuanto a que el cambio climático en el mundo se debe o no a una acción humana, Claudio Latorre señala que la velocidad del cambio no tiene precedentes en la actualidad, pero que aún falta mucho por cotejar para tener una opinión definitiva al respecto: