Egipto ilegalizó el martes al movimiento palestino Hamas, acusado de preparar atentados con los Hermanos Musulmanes, una decisión que el movimiento islamista que gobierna la Franja de Gaza considera que “beneficia a la ocupación israelí”.

Un tribunal de El Cairo prohibió en Egipto las actividades y la presencia de Hamas, movimiento considerado como la rama palestina de los Hermanos Musulmanes, blanco de una sangrienta represión desde el golpe de estado que el 3 de julio derrocó al presidente islamistas Mohamed Mursi.

Los atentados contra policías y militares se multiplicaron desde el derrocamiento de Mursi, particularmente en la península del Sinaí, fronteriza con Israel y Gaza.

Responsables egipcios acusan en forma regular al movimiento Hamas de estar “implicado” en los atentados.

Desde el 3 de julio, las fuerzas de seguridad mataron a más de 1.400 personas, en su gran mayoría manifestantes favorables a Mursi, según la organización Amnistía Internacional.

Por otra parte, miles de Hermanos Musulmanes han sido detenidos, entre los cuales figuran la casi totalidad de sus principales dirigentes, que serán juzgados, al igual que Mursi, por crímenes de “complot”, “traición” y “espionaje” en relación con movimientos islamistas extranjeros, entre los cuales Hamas.

Mursi y los dirigentes islamistas se exponen a ser condenados a la pena de muerte en tres de los cuatro juicios, en los cuales figuran como coacusados varios militantes de Hamas.

En el juicio más emblemático, que concierne a Mursi, los dirigentes de la cofradía musulmana son acusados de “espionaje” y de “complot” con Hamas e Irán para desestabilizar Egipto.

Ese juicio ha sido aplazado sin fecha de reinicio.

En otro juicio, por evasión de una cárcel durante la rebelión popular de 2011 que desembocó en la renuncia de Hosni Mubarak, Mursi y los Hermanos Musulmanes son acusados de haber recurrido a la ayuda de Hamas para atacar las cárceles y las comisarías en todo el país.

Durante la presidencia de Mursi, de junio de 2012 a julio de 2013, Hamas fue uno de los principales aliados del gobierno.

En cambio, el gobierno interino instalado por el mariscal Abdel Fatah al Sisi, congeló las relaciones con Hamas después de que éste criticara la destitución de Mursi.

La prohibición de Hamas “apunta a estrangular a la resistencia y beneficia a la ocupación israelí”, afirmó en Gaza Bassem Naim, consejero para los asuntos internacionales del jefe de gobierno de Hamas, Ismail Naniyeh.

Naim dijo que esperaba que la decisión egipcia no implique “restricciones a la circulación de las personas” entre Gaza y Egipto.

Numerosas personas pasan por Egipto para trasladarse legalmente a la Franja de Gaza, a través de Rafah, el único paso fronterizo que Israel no controla.

Las autoridades egipcias cierran a menudo el paso fronterizo de Rafa en función de las relaciones con Hamas y de la situación de la seguridad.

“Condenamos esta decisión que consideramos chocante y reprensible, denunciada por Hamas pero también por todas las fuerzas de la resistencia del pueblo palestino”, agregó Basem Naim.

Hamas es un movimiento islamista calificado de organización “terrorista” por Israel y varios países occidentales, entre ellos Estados Unidos.

Desde 2012 el ejército egipcio destruyó centenas de túneles entre el Sinaí y la Franja de Gaza, que permitían a contrabandistas abastecer el enclave palestino en combustible y materiales de construcción.

Israel y Egipto sospechan que esos túneles son utilizados para la circulación de armas y militantes islámicos hacia Gaza.

El ejército egipcio lanzó también una gran ofensiva contra los grupos yihadistas en el Sinaí, desde donde disparan a menudo cohetes contra Israel.

El gobierno egipcio acusa a Hamas de apoyar a los insurgentes islamistas egipcios, lo que el movimiento palestino desmiente.