El director del Serviu, Francisco Merino, acusó a dirigentes de la villa Futuro en Chiguayante, de continuar obstaculizando el proceso de erradicación de las familias damnificadas, lo que impidiría terminar las demoliciones de los edificios colapsados y, con ello, la reconstrucción del sector.

El proceso de reconstrucción en el sector de Villa Futuro de Chiguayante se planificó con la demolición de los departamentos que resultaron dañados tras el terremoto y que quedaron con riesgo de colapso, junto con la erradicación de las familias afectadas.

A casi 4 años, son 1.305 las que ya lograron una solución habitacional y aceptaron las propuestas del Serviu, lo que se tradujo en viviendas de 700 Unidades de Fomento, emplazadas en Chiguayante, Hualqui y Hualpén.

No obstante, el proceso todavía está incompleto, y existen cerca de 15 familias que han rechazado todo tipo de propuestas.

El director del Serviu, Francisco Merino, lanzó sus dardos directo a la dirigente Bárbara Orrego, a quien acusó de entrabar un proceso que ya podría haber concluido con éxito.

Al respecto, sostuvo que las familias lideradas por Orrego todavía no firman ni aceptan la erradicación y siguen ocupando sus departamentos, sólo por intentar conseguir más recursos del Estado, lo que su juicio, no corresponde.

Así, emplazó a la dirigente a terminar con la “sinvergüenzura” y el “abuso”, tras acusar a los vecinos de que sólo les interesarían las 1.200 o 1.300 UF.

La aludida Bárbara Orrego, respondió y recalcó que Servicio de Vivienda y Urbanismo tiene sus propios intereses con los terrenos, por lo que ignoran las necesidades reales de las familias. Agregó que las tomas han sido únicamente responsabilidad de Serviu.

Pero desde Serviu aseguran que hay un trabajo vigente con el Comité de Allegados de villa futuro, con acuerdos ya logrados para que se agrupen en un mismo edificio mientras se concretan sus proyectos habitacionales. Por eso, recalcan, que es un grupo minoritario el que actúa bajo presiones políticas exigiendo recursos que no corresponden, y negándose a ser erradicados con argumentos en que acusan pretensiones infundadas, lo que sólo refleja, dicen, aprovechamiento y oportunismo de los dirigentes.