Este lunes un grupo de 30 estudiantes indocumentados, conocidos como “dreamers”, intentaron cruzar de México hacia Estados Unidos bajo la consigna “sin papeles y sin miedo”, en la segunda protesta de este tipo organizada por jóvenes criados en suelo norteamericano pero sometidos a la clandestinidad.

Vestidos con toga y birretes, propias de las graduaciones en los liceos estadounidenses, los 30 jóvenes activistas marchaban por el puente peatonal sobre el Rio Bravo que divide Nuevo Laredo (norte de México) y Laredo (Texas) reclamando en inglés: “Déjennos volver a casa”.

Acompañados de otros activistas que lanzaron consignas con megáfonos y filmaron la hazaña, el grupo se identificó como una familia en la que la persona más joven es una niña de 13 años.

“¡Sin miedo!”, gritaron en español e inglés mientras se acercaban al punto fronterizo, según una transmisión en vivo en redes sociales denominada Bring Them Home.

La protesta es la segunda de este tipo, luego de que en julio un grupo de 9 estudiantes realizara una acción similar en Arizona.

En aquella ocasión la mayoría de los estudiantes se autodeportaron para entrar por la fuerza a Estados Unidos y llamar la atención sobre la situación incierta en la que viven por no gozar de una reforma migratoria que les permita vivir legalmente en el país en el que se educaron.

Los jóvenes manifestantes de este lunes se encuentran ahora en un punto fronterizo donde tendrán que lidiar con agentes de la Agencia de Inmmigración y Aduanas (ICE) de Estados Unidos, y allí esperan que se les permita el ingreso gracias a un pedido discrecional presentado el viernes, de lo contrario serán detenidos, según advirtió Mohammad Abdollahi, cofundador de la Alianza Nacional de Jóvenes Inmigrantes (NIYA) que organiza las manifestaciones.

Si llegan a ser detenidos pedirán asilo por razones humanitarias alegando que sus vidas corren peligro al encontrarse en un país que no conocen, y que están a la suerte de la delincuencia común.

Los “dreamers” (soñadores) son jóvenes que vinieron a Estados Unidos cuando eran niños y que viven en el país ilegalmente. Según estimaciones de organizaciones pro inmigrantes, 1,7 millones de jóvenes podrían beneficiarse del proyecto de ley conocido como DREAM Act, que les permitiría ir a la universidad pagando matrículas como las de los estudiantes locales y les abriría un camino a la ciudadanía.