El mundo del cómic chileno vivirá un acontecimiento. Mocha Dick, la novela gráfica escrita por Francisco Ortega y con arte de Gonzalo Martínez, que relata la verdadera historia de la mundialmente conocida Ballena Blanca, se presentará en FILBA 2013, donde se dará a conocer su edición trasandina.

Sus autores están orgullosos. Según Francisco Ortega, “hace mucho tiempo que no se publica una historieta chilena en Argentina, que para nosotros es la capital del cómic latinoamericano. En Argentina si bien existen obras y autores fundamentales, además hay un respeto hacia la literatura gráfica que incluye un premio nacional de historieta otorgado por el ministerio de cultura trasandino. Para nosotros que haya una edición de Mocha Dick argentina es un hito profesional y una gran alegría”.

Gonzalo Martínez quien se declara un gran admirador de la escuela argentina de historieta, que ha sido a su juicio una de las más importantes del mundo junto con la norteamericana, japonesa y franco-belga, considera que “publicar una novela gráfica en Argentina es como hacer una peregrinación a mi propia Meca historietística”.

Mocha Dick será publicado en el país trasandino por Editorial Norma. Para Laura Leibiker, editora de área de LIJ del sello colombiano, Mocha Dick es una obra que, más allá de su formato (novela gráfica), cuenta con un desarrollo de texto e ilustración de altísima calidad. “Se trata de una historia que abreva tanto en las leyendas locales como en los textos clásicos de aventuras. Además, la insoslayable referencia a Moby Dick lo hace muy atractivo para el público de la Argentina”, afirma.

Respecto al cómic chileno, la profesional considera que si bien se trata de un género en ciernes, cree que el trabajo de muchos autores e ilustradores chilenos está en el más alto nivel de Latinoamérica. “Argentina tiene una gran tradición, pero no he visto muchos productos que puedan competir con Mocha Dick”, dice.

El arquitecto e ilustrador Gonzalo Martínez se muestra confiado en la recepción que tendrá el público argentino frente a la obra, ya que es una historia de aventuras creada desde dentro de nuestra cultura latinoamericana y que, en palabras del especialista Gustavo Arizmendi, posee “personajes entrañables e identificables, una trama que atrapa desde sus primeras páginas, antagonistas que no caen en clichés ridículos y un relato que va de menos a más”.

En tanto, Ortega cree la novela gráfica será bien recibida, debido a que buena parte de la acción transcurre en Buenos Aires y en Punta Madryn, en la Patagonia. “Mocha Dick habla de una época en que tanto Chile como Argentina fueron parte de una gran industria y también de mitos mapuche, pueblo originario que compartimos en ambos países”, afirma.

LA LEYENDA

Mocha Dick, es una novela gráfica escrita por Francisco Ortega y con arte de Gonzalo Martínez, ambos autores chilenos, que relata la verdadera historia de la Ballena Blanca, desde el mito mapuche hasta la Moby Dick de Herman Melville. Si bien Mocha Dick es una obra de ficción, está basada en hechos reales y documentados, como el hundimiento del ballenero Essex en 1820, la existencia de un verdadero cachalote blanco en los alrededores de la isla Mocha, en el sur de Chile y en el mito mapuche del Trempulcahue y el descanso de las almas de los grandes guerreros. También es la historia de una amistad de dos chicos de mundos distintos.

El prólogo del libro es del escritor Leo Oyola. Aquí, un extracto: “Mocha Dick me llevó de paseo hasta encontrarme una vez más con quien supe ser. Específicamente: el pibe que yo fui. Que leía de prestado, en revistas Anteojito de mis compañeros de la primaria durante los recreos, las adaptaciones gráficas de clásicos de la literatura universal como El extraño caso del Dr. Jekyll & Mr. Hyde, de Robert Louis Stevenson. Y, sobre todo, historietas como Rinkell, el ballenero, de Marcelo Tulio Lovato. Que eran la felicidad… pura. Hasta que sonaba la campana. Porque teníamos campana y no timbre. Sí. Ese fue el paso previo a la colección Robin Hood. La prehistoria antes de que llegara la ciencia ficción de Minotauro. Y desde aquel entonces a este presente, toda una vida feliz de lecturas. He ahí, humildemente, el piropo para Francisco y Gonzalo que hoy día supieron hacer en este libro –además de un trabajo exhaustivo de investigación– un relato genuino y con pulso clásico. Que uno devora decidido página tras página con la misma ansiedad que a mí me producía tener la certeza de que el recreo se iba a terminar y de que no me podía quedar así, con el Jesús en la boca, sin saber cómo acababa el asunto. Que lo disfruten”.

Mocha Dick

Mocha Dick