La bloguera y opositora cubana Yoani Sánchez, habló este miércoles en el parlamento brasileño por invitación de un grupo de diputados que organizó la sesión en rechazo a protestas que impidieron una de sus actividades en Brasil.

Sánchez fue recibida en el Congreso por diputados de oposición y conducida hasta el plenario de la Cámara de Diputados, donde permaneció poco tiempo antes de abandonar el sitio en medio de voces a favor y en contra, constató la AFP.

Seguida por un tumulto de periodistas, se dirigió luego hasta una de las salas de debate donde fue recibida con aplausos y regalos, mientras afuera del recinto activistas procubanos le gritaban “mercenaria”.

Con esta invitación “estamos reparando una violencia que es inaceptable contra una persona que visita el país”, dijo el diputado Otavio Leite, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB, oposición) y promotor de la iniciativa.

Leite aludió a las protestas de activistas procubanos que sabotearon el lunes la exhibición, en Feira de Santana (noreste), de un documental dirigido por el brasileño Dado Galvao del que Sánchez es protagonista.

Un fragmento de la cinta “Conexión Cuba Honduras” fue exhibido mientras Sánchez, sentada al centro de la mesa principal, recibía muestras de cariño y se tomaba fotografías con los asistentes.

Durante más de dos horas, Sánchez estuvo en el lugar escuchando a los políticos brasileños y hablando sobre el acoso que sufre en Cuba por sus opiniones contrarias al gobierno y la falta de pluralidad en el parlamento.

“Gracias por recibir a una pequeña ciudadana, pero con una gran responsabilidad: narrar la Cuba real silenciada por la propaganda oficial”, afirmó emocionada.

También fue interrogada por su opinión frente al embargo estadounidense contra Cuba, la cárcel de Guantánamo y el caso de cinco agentes cubanos detenidos en Estados Unidos y condenados a largas penas de prisión por espionaje.

“Debe terminar el embargo ya, porque como método de presión fracasó, y es la razón fundamental del gobierno para explicar su fracaso económico”, sostuvo.

Varios diputados le expresaron su solidaridad, y le ofrecieron disculpas por las protestas que impidieron la exhibición del documental en Feira de Santana (noreste).

A raíz de las manifestaciones, la seguridad de Sánchez fue reforzada.

“Pido disculpas en nombre de la sociedad brasileña por las agresiones y ofensas. El país te recibe de brazos abiertos porque es una democracia que acoge todas las opiniones”, señaló Carlos Sampaio, del PSDB.

Fuera del recinto un puñado de personas continuaron gritando consignas contra la bloguera, al tiempo que ella se declaraba en contra de la cárcel que Estados Unidos mantiene en la base de Guantánamo por ser un “lugar donde se viola la legalidad”.

Asimismo, consideró que los cinco cubanos “deberían obtener la libertad” para que La Habana deje de gastar dinero en la campaña a favor de ellos.

En el acto, el diputado oficialista Eduardo Suplicy, del Partido de los Trabajadores, (izquierda) leyó una carta que le envió al embajador cubano en Brasil, Carlos Zamora, invitándolo a la sesión.

Al mismo tiempo le pidió que aclarara una versión de la revista brasileña Veja según la cual, previo al viaje de Sánchez, se organizó en la embajada cubana una operación de desprestigio contra la bloguera, una reunión a la que asistió un funcionario de la presidencia brasileña.

La Secretaria General de la Presidencia confirmó en un comunicado que uno de sus funcionarios participó en una parte de la reunión, y que recibió un CD con informaciones sobre Yoani Sánchez que nunca utilizó.

Filóloga de 37 años, Sánchez inició el lunes en Brasil su primera gira internacional desde que fue autorizada a salir de la isla, después de muchos intentos fallidos, gracias a una reforma migratoria del presidente Raúl Castro que entró en vigor en enero.

Tras su visita al Congreso brasileño, Sánchez tenía previsto viajar a Sao Paulo para proseguir con su gira de una semana a Brasil.

Después irá a Argentina, México, España, República Checa, Italia, Polonia, Holanda y Estados Unidos. Sánchez afirmó que su viaje es financiado con donaciones de organizaciones de derechos humanos, familiares y universidades extranjeras.