El ministro instructor de la Corte Suprema, Lamberto Cisternas ordenó la reapertura del caso por el homicidio del funcionario de Naciones Unidas, chileno-español, Carmelo Soria, ante la petición de “diligencias precisas y concretas” que realizó el abogado de su familia, Alfonso Insunza.

El caso fue investigado por los tribunales entre 1991 y 1996, pero cerrado aplicando la ley de amnistía por el ministro Marcos Libedinsky.

En marzo de 2010, el entonces ministro instructor de la Corte Suprema, Héctor Carreño, rechazó la primera solicitud de reapertura de la investigación por el homicidio de Carmelo Soria, ocurrida el 16 de junio de 1976, en la Región Metropolitana, solicitada por el entonces ex subsecretario del Interior, Patricio Rosende.

En su resolución, el ministro Carreño detalló que no es posible reabrir el proceso por encontrarse con sobreseimiento total y definitivo, además de con resolución ejecutoriada.

Un año después, en una arista anexa a la causa el ministro en visita, Alejandro Madrid, condenó a seis altos oficiales y un suboficial como autores de una asociación ilícita para obstruir la justicia, donde el ex jefe de Inteligencia del Ejército, general Eugenio Covarrubias fue condenado a 3 años, junto con el brigadier (r) Jaime Lepe, el coronel de justicia (r) Sergio Cea y otros cuatro implicados en el hostigamiento a Remigio Ríos San Martín, quién confesó ser uno de los autores del crimen de Soria, pero que luego fue presionado para no entregar antecedentes.

Según el Informe de la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación que presidió Raúl Rettig Guissen, Carmelo Luis Soria Espinoza, “era español acogido al Decreto de doble nacionalidad con Chile. Era casado, tenía tres hijos y 54 años de edad. Funcionario de Naciones Unidas, desempeñándose a la fecha de su muerte en Celade (Centro Lartinoamericano y Caribeño de Demografía)”.

El informe explica que el 15 de julio de 1976 Soria “fue detenido por agentes de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), después de salir de su oficina con destino a su hogar. Al día siguiente, 16 de julio, su cadáver fue encontrado junto al automóvil en que viajaba en el canal El Carmen en Santiago, siendo su muerte producto de la acción de agentes de la DINA, quienes desbarrancaron el automóvil para hacer aparecer la muerte como accidental”.