Ayer se estrenó El lado oscuro de la luna, de Robert Lepage, invitado estrella este año al Festival Interncional Santiago a Mil, en el Teatro Municipal de Las Condes.

Las expectativas generadas por la trayectoria y prestigio de Lepage se vieron confirmadas con teatro lleno, con grandes personlidades tan diversas como, por ejemplo, Marco Antonio de la Parra, Guido Girardi o María Olivia Recart.

La obra autobiográfica, de alrededor de dos horas, es protagonizada un solo actor, que hace los distintos personajes, salvo algunos muñecos que intervienen.

Ésta es una larga secuencia de escenas y situaciones que relata básicamente la relación entre dos hermanos. Uno con una mirada pesimista, que va a contrapelo en la vida, mientras el otro es exitoso y es “el hombre del tiempo” en la televisión.

El lado oscuro de la luna es una obra compleja y profunda que indaga en el narcisismo, donde uno quiere salir de la Tierra –estar fuera de uno, estar en otros, vivir la vida de otros, mientras el otro, el exitoso, muestra la Tierra.

Al final de la obra los dos hermanos logran mostrarse mutuamente, uno al ganar un premio con un video es reconocido por su hermano exitoso, mientras éste, que miente permanentemente, se atreve a abrirse a su hermano.

La obra tiene una escenografía notable, simple, versátil e ingeniosa, en la que se usan, por ejemplo, elementos como una gran superficie tipo pizarrón negro para tiza, alto de unos dos metros por casi el ancho del escenario, que se usa en diversas posiciones, pasando a ser mesa, en el que se dibuja, etc.

La obra tiene escenas tan potentes comraslada un mueble en un ascensor en el que queda atrapado. El mueble es el que separaba los espacios de ambos hermanos y que su madre –que muere de una grave enfermadad que obliga a ser varias veces amputada de sus piernas y que, en la obra queda abierta la duda sobre un posible suicidio- llamaba el mueble de la vergüenza.

Finalmente, la obra cuenta con música de Laurie Anderson.