En su segundo día de visita a Milán, el papa Benedicto XVI reafirmó este sábado a los sacerdotes y religiosas reunidos en la catedral que el celibato pertenece plenamente a su vocación, cuando las voces se multiplican en la Iglesia para que se permita el matrimonio sacerdotal.

En aquellos y aquellas que consagran su vida a la vocación religiosa, “el signo luminoso de la caridad pastoral y de un corazón unificado es el celibato sacerdotal y la virginidad consagrada”, dijo delante de cientos de sacerdotes, religiosos y religiosas, diáconos y seminaristas.

“Sin ninguna duda, el amor de Jesús vale para todos los cristianos pero adquiere una significación particular para el sacerdotes soltero y por aquel o aquella que respondió a la vocación de la vida consagrada: es sólo y siempre en Jesús que se encuentran la fuente y el modelo para repetir cotidianamente el ‘sí’ a la voluntad de Dios”, agregó el Papa, hablando de una voz firme e improvisando a veces.

Benedicto XVI no evocó todas las crisis morales y espirituales que experimentan muchos sacerdotes, a menudo debilitados en la sociedad de consumo donde las parroquias se hacen cada vez más extensas y difíciles de administrar.

A su llegada, el Papa había saludado “con afección” los tres últimos cardenales arzobispos de la poderosa Iglesia “ambrosiana” (fundada por San Ambrosio) de Milán.

Los tres, grandes personalidades de la Iglesia son el actual arzobispo Angelo Scola, muy allegado a él por sus ideas y que es uno de los grandes de la Iglesia y de los más citado como posible papa, el cardenal Carlo María Martini, jefe de la tendencia liberal de la Iglesia y brillante teólogo, citado en el último conclave de 2005 como posible sucesor de Juan Pablo II, y Dionigi Tettamanzi, que hasta el año pasado fue arzobispo de Milán, y muy apreciado por sus posiciones sociales muy marcadas, en particular en favor de los inmigrantes.

El viernes, Benedicto XVI había partido del Vaticano en plena crisis interna para una visita pastoral en la mayor diócesis de Europa, y un “encuentro mundial de familias”, en presencia de católicos de 154 países del mundo.

Este sábado después de la catedral, Benedicto XVI debe reunirse con miles de jóvenes confirmantes en el estadio de San Siro, antes de reunirse con las autoridades locales y presidir en la tarde una velada, llamada “fiesta de los testimonios” familiares, con 300.000 personas en al aeropuerto de Bresson.