Los españoles van a la huelga general el jueves para protestar contra la reforma laboral y las medidas de austeridad del gobierno conservador, que tiene previsto dar otra vuelta de tuerca a las mismas en los presupuestos del Estado para 2012 que presentará el viernes.

“Es la respuesta justa (…) a una reforma brutal de nuestro marco de relaciones laborales”, aseguró Ignacio Fernández Toxo, secretario general del sindicato Comisiones Obreras (CCOO), principal convocante de la movilización junto a la otra central mayoritaria, la Unión General de Trabajadores (UGT).

Los sindicatos entienden protestar contra una reforma del mercado laboral, aprobada el pasado 11 de febrero por el gobierno conservador de Mariano Rajoy con el fin de relanzar la creación de empleo, en un país con una tasa de paro récord del 22,85%, que castiga especialmente a los jóvenes de menos de 25 años (48,6%).

Los promotores de la protesta, en cambio, consideran que sólo abarata el despido y “no va a resolver ni la crisis de empleo ni la crisis económica”.

La huelga “no va a servir para arreglar los problemas de España”, afirmó Rajoy el martes desde Seúl, convencido de la bondad de las medidas tomadas hasta ahora por su gobierno (subida de impuestos, recortes presupuestarios) para tratar de reducir el déficit público español del 8,5% del PIB con que acabó 2011 al 5,3% este año y relanzar la economía.

“No ha habido un gobierno que en los 100 primeros días haya hecho tantas reformas como éste, probablemente por eso también reciba una huelga general”, insistió Rajoy, que llegó al poder en diciembre pasado.

La importancia del paro se presenta, no obstante, incierta, después de que la última huelga general, celebrada en septiembre de 2010, registrara un éxito limitado.

Más de 100 manifestaciones están convocadas en todo el país, siendo una de las más importante la que recorrerá por la tarde el centro de Madrid desde la Plaza de Neptuno hasta finalizar en la emblemática Puerta del Sol.

En la capital, por primera vez en los más de 15 años que lleva gobernando la derecha, ejecutivo regional y sindicatos han llegado a un acuerdo de servicios mínimos, de manera que circulará una media del 30% de metros y buses urbanos, y un 25% de buses interurbanos.

La sanidad funcionará al nivel de un día festivo y estarán abiertas las escuelas y guarderías.

A nivel nacional, en el transporte por ferrocarril circularán un 30% de los trenes de cercanías y un 20% de los convoyes de larga distancia, mientras que en el aire, las aerolíneas Iberia, Air Nostrum y Vueling han anulado una media del 60% de sus vuelos.

Iberia ha cancelado 222 vuelos (65%), Air Nostrum otros (202) y Vueling ha anulado 190 enlaces (66%).

La movilización tiene lugar un día antes de que el gobierno apruebe el viernes los presupuestos generales para 2012, que se anuncian rigurosamente austeros, y serán mirados con lupa por los ministros de Finanzas del Eurogrupo reunidos al mismo tiempo en Copenhague.

“El presupuesto del Estado va a bajar una media del 14,5%, casi 15% por ministerio”, anunció Rajoy el martes, adelantando que tras su aprobación “iniciaremos un nuevo capítulo de reformas tan importantes como las que hemos hecho hasta ahora que afectarán principalmente a servicios públicos, la administración, sector eléctrico, etc”.

El gran objetivo del gobierno es reducir el déficit público español al 5,3% pactado con la Unión Europea, para lo que, según distintos cálculos, se necesitará un ajuste de entre 41.500 millones y 55.000 millones de euros.

El gobierno ya ha aprobado recortes presupuestarios por 8.900 millones de euros y una subida de impuestos por 6.300 millones, por lo que para seguir buscando el dinero que cierre la brecha puede optar por aumentar algunos impuestos o reducir aún más el gasto público.

“No voy a adelantar lo que se va a aprobar el 30 porque no está cerrado definitivamente pero no va por la vía de subir los impuestos al consumo”, dijo Rajoy, sin dar mayores detalles.