Turquía podría decidir nuevas medidas de presión contra Francia si el Senado francés adoptase de aquí a fines de enero una proposición de ley que sanciona la negación de todos los genocidios, entre ellos el genocido armenio, se supo el jueves en fuente diplomática turca.

“Puede que haya una disminución de la representación diplomática turca en París, esto parece probable”, indicó la fuente, en alusión a una eventual decisión de Ankara de no retirar el embajador en París y dejar la representación a un nivel menor.

De su lado, la embajada de Turquía en París confirmó el regreso a la capital francesa, el lunes, del embajador Tahsin Burcuoglu “para seguir el proceso en el Senado”.

En diciembre, el diplomático había sido llamado a Turquía “para consultas”, después de la adopción de la proposición de ley por la Asamblea nacional francesa.

“Todas la contra-medidas siguen firmes pero (el embajador) volverá para seguir el proceso en el Senado”, indicó a la AFP el portavoz de la embajada turca en París, Engin Solakoglu, recordando que desde el vota de la Asamblea no hay más visitas, ni contactos bilaterales, no cooperación en ningún terreno” con el Estado francés.

Pero destacó que “esto no se refiere al sector privado, las relaciones entre las empresas turcas y francesas se mantienen”.

El 22 de diciembre, los diputados franceses adoptaron un texto que castiga con un año de cárcel y 45.000 euros de multa la negación de un genocidio reconocido por la ley, como lo es desde 2001 en Francia el genocidio armenio de 1915 bajo el Imperio otomano, que dejó 1,5 millones de muertos, según los armenios.

Turquía no reconoce la existencia de este genocido y de una voluntad de exterminio, admitiendo que hasta 500.000 armenios murieron durante combates y su deportación forzada hacia Siria o el Líbano, que entonces eran provincias otomanas.