La Cámara de Diputados italiana adoptó este sábado en un clima tenso las medidas de ajuste exigidas por la Unión Europea (UE) para capear la crisis económica, condición puesta por el primer ministro Silvio Berlusconi para presentar su renuncia al cargo.

El paquete de medidas fue adoptado así definitivamente por el Parlamento, tras lo cual el multimillonario político prometió presentar su dimisión ante el presidente de la República, Giorgio Napolitano, para ser sustituido por un gobierno de emergencia que se comprometa a reducir la colosal deuda pública del país.

La Cámara de Diputados adoptó con 380 votos a favor, 26 contrarios y 2 abstenciones las medidas anti crisis con las que Italia espera recuperar la confianza de los mercados y evitar el desplome de su economía.

“Hoy se cierra una larga y dolorosa página de nuestra historia”, declaró Dario Franceschini, diputado de la mayor formación de izquierda, Partido Democrático (PD).

“Mañana inicia una nueva era, se voltea página, comenzamos de cero. Tenemos que reconstruir de sus cenizas la economía, la justicia, la ley electoral”, clamó.

Por su parte Fabrizio Cicchitto, portavoz del partido de Berlusconi, Pueblo de la Libertad (PDL), defendió al primer ministro saliente por el gesto de responsabilidad que cumple.

Berlusconi, principal protagonista de los últimos 17 años de la vida política de Italia, deberá renunciar este mismo sábado a su cargo después de la adopción definitiva de las medidas anti crisis tomadas bajo la presión de los mercados y cerrando así una era marcada por los escándalos.

Paralelamente a la votación en el Parlamento, cientos de personas comenzaron a salir a manifestar en Roma ante la sede de gobierno al grito de “dimisión, dimisión” y con pancartas que rezaban “Bye, bye, Berlusconi”.

Italia tuvo que acelerar el ritmo esta semana para aprobar el paquete de medidas exigidas por la Unión Europea (UE), ante el riesgo de que la crisis derribe al país, tercera economía de la Eurozona, con una deuda de 1,9 billones de euros (120% del PIB).

Berlusconi, de 75 años, deberá acudir ante el presidente de la República, Giorgio Napolitano, para presentar su renuncia, tal como prometido a mediados de la semana para aliviar el acoso de los mercados.

Con ese acto se pone fin a una de las épocas más controvertidas de la historia de Italia, recordada por los escándalos judiciales y sexuales, que minaron la imagen del país y desacreditaron a su clase gobernante.

Salvo sorpresas, Il Cavaliere deberá ser remplazado por un tecnócrata, el economista Mario Monti, de 68 años, un experto en asuntos europeos y por diez años comisario europeo, quien cuenta con el apoyo de casi todos los partidos políticos, entre ellos el Partido Democrático (PD, izquierda), así como de los industriales.

Sin embargo, Berlusconi y una parte de su formación de derecha amenazaron a última hora con oponerse a su designación, creando un clima de incertidumbre contra el llamado gobierno “técnico” al proponer otros candidatos al delicado cargo.

Al margen de la votación en el Parlamento, Berlusconi recibió en la sede del gobierno a su posible remplazo, Mario Monti, nombrado senador vitalicio hace pocos días.

Según la prensa italiana, el multimillonario político se lamenta de no haber sido consultado sobre su sucesor y exige garantías para el futuro de su imperio mediático, que se vería gravemente afectado por nuevas leyes que fijen límites a la publicidad.

Además, el controvertido movimiento populista Liga Norte, aliado clave de Berlusconi, adelantó que se opone a un gobierno que no sea elegido con el voto popular y anunció su total oposición.

La aprobación de las medidas y la eventual designación de Monti para salvar a Italia del abismo fue bien recibida por los mercados bursátiles que reaccionaron positivamente el jueves y viernes tras el miércoles negro que amenazó a toda la Eurozona.

También las obligaciones de deuda italiana a diez años, que habían superado esta semana el insostenible nivel de 7%, se situaban por debajo del 6,5%, alejando la posibilidad de un necesario rescate.

Por su parte la directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, elogió este sábado “el progreso significativo” político logrado por Italia, tal como ocurrió en Grecia, donde otro economista asumió el gobierno.

“Nosotros sólo deseamos la estabilidad y claridad política en Italia y Grecia”, explicó la dirigente desde Japón.

“Conozco a Monti y lo respeto mucho. Es una persona con enormes calidades y con el que he tenido siempre un diálogo fructífero”, anticipó Lagarde.

El optimismo de la comunidad internacional podría ensombrecerse cuando el nuevo gobierno tenga que aplicar el impopular plan, que reforma entre otros el sistema de jubilaciones y privatiza servicios públicos para reducir la colosal deuda pública.