La ministra en visita de la Corte de Apelaciones de Punta Arenas, Beatriz Ortiz Aceituno, dictó sentencia de primera instancia en la investigación por el homicidio calificado de Jorge Parra Alarcón, ocurrido en octubre de 1973, en la localidad de Cerro Sombrero, Región de Magallanes.

La magistrada, designada para investigar causas por violaciones a los derechos humanos en la jusridiccción, determinó sancionar con 5 años de presidio al brigadier (R) del Ejército Eduardo Mancilla Martínez, concediéndole al sentenciado el beneficio de cumplir su condena en libertad.

En el aspecto civil, la magistrada determinó que el Fisco de Chile debe cancelar una indemnización de perjuicios por el daño moral causado a los cuatro hijos de la víctima; vale decir, $ 30.000.000 (treinta millones de pesos) para Lerty Parra de la Rosa y Jorge Parra de la Rosa; y la misma cantidad para Ana González Hernández y Héctor González Hernández, ambos hijos biológicos de la víctima, pero que fueron adoptados por el segundo esposo de la madre.

La investigación de la ministra determinó que Jorge Manuel Parra Alarcón fue detenido el 16 de octubre de 1973, en el aeropuerto de Punta Arenas, desde donde fue trasladado hasta un inmueble de la ENAP, ubicado en la localidad de Cerro Sombrero. El recinto fue facilitado por la empresa y habilitado como centro de detención.

En el lugar, Parra Alarcón fue interrogado por el mayor de Ejército Óscar López Bustamante, quien actualmente se encuentra fallecido. El 24 de octubre de 1973, durante un interrogatorio, el detenido se enfureció y atacó a López, quien hizo uso de su arma de servicio dejándolo herido.

TE DEJAMOS AQUÍ UN EXTRACTO DEL FALLO:

“Un Mayor de Ejército ordenó a un tercero que se desempeñaba como Teniente de Infantería en servicio activo del Ejército de Chile, cumpliendo éste las órdenes de un superior jerárquico, trasladó hacia la localidad de Porvenir en la camada de una camioneta de propiedad de ENAP, al detenido y herido Jorge Manuel Parra Alarcón. Que en el trayecto hacia Porvenir, al percatarse que Parra estaba vivo, y obedeciendo órdenes superiores dadas al respecto, mandó detener el vehículo, para bajarse inmediatamente y propinarle al menos dos disparos a su cuerpo que le ocasionaron la muerte. Que constatado el fallecimiento, ordenó al chofer proseguir camino hacia Porvenir, donde iba a ser esperado por otros militares en la morgue a objeto de procederse a la sepultación del cadáver de Parra (…) Que días después a través de un comunicado de prensa emanado de la V División de Ejército se informó a la comunidad de la muerte de Parra por haber atacado a un oficial”.