Los arqueólogos piensan haber hallado los restos de miembros de la familia imperial que fueron ejecutados por los bolcheviques y arrojados a fosas comunes descubiertas por casualidad en la fortaleza de Pedro y Pablo de San Petersburgo.

“Según testimonios fidedignos, cuatro grandes duques Romanov fueron ejecutados en 1919 en esta fortaleza. Los restos de Georgi Mijailovich, Nikolai Mijailovich, Dimitri Konstantinovich y Pavel Alexandrovich están probablemente entre los que encontramos”, dijo a la AFP Vladimir Kildiushevski, un arqueólogo encargado de las excavaciones.

Los restos de un centenar de personas fusiladas han sido ya hallados en este sitio.

El gran duque Pavel Alexandrovich Romanov fue tío del último zar Nicolás II, ejecutado en los Urales por los bolcheviques en 1918 junto a su familia. Los otros tres grandes duques eran sus primos, nietos del zar Nicolás I.

Los cuatro grandes duques habrían sido ejecutados en 1919 en la fortaleza de Pedro y Pablo, en el corazón de la antigua capital imperial, pero el lugar de su sepultura nunca fue encontrado.

Los bolcheviques ejecutaron a numerosas personas en la fortaleza situada a orillas del Neva, dentro de la cual se encuentra la catedral de Pedro y Pablo, donde fueron sepultados todos los zares de Rusia después de Pedro el Grande.

Casi un siglo más tarde, el descubrimiento accidental de restos humanos durante unas obras, en 2007, permitió lanzar las excavaciones.

Los arqueólogos descubrieron seis fosas comunes que datan de 1917-1919, con los restos de un centenar de personas, incluidos jóvenes de 16 años.

“Todas las víctimas fueron ejecutadas de un tiro en la cabeza y los cuerpos arrojados de cualquier modo a las fosas”, indicó Vladimir Kildiushevski.

“En algunos cráneos hay señales particulares, como si las víctimas hubieran sido rematadas de un culatazo”, añadió.

El arqueólogo muestra los objetos hallados entre los huesos: quevedos, una gran cruz de oro, pitilleras, libretas, trozos de ropa, un sombrero casi en buenas condiciones, un zapato de la época.

“En algunas fosas, sólo hay personas mayores, civiles. En otras, jóvenes de 20 a 30 años, cadetes de las escuelas militares”, explicó.

Las ejecuciones datan del “Terror Rojo” desatado por la Cheka (la policía política) y el Ejército Rojo, durante la guerra civil de 1918 y 1923.

En este periodo miles de “enemigos de clase”, nobles, burgueses, funcionarios, sacerdotes, huelguistas o campesinos, fueron ejecutados en Rusia.

“Estamos exterminando a la burguesía como clase. No busquen pruebas en las investigaciones para saber si un acusado ha actuado contra el poder soviético de hecho o de palabra. La pregunta que uno debe hacerse es: ¿a qué clase pertenece? Esta pregunta determinará su destino. Este es el sentido del terror rojo”, escribió en 1918 uno de los jefes de la Cheka, Martin Latsis.

Latsis fue quien firmó la sentencia de muerte de los cuatro Romanov ejecutados en Petrogrado (nombre de San Petersburgo de 1914 a 1924, antes de ser rebautizada como Leningrado, de 1924 a 1991).

“Ahora estamos tratando de determinar con exactitud quienes fueron ejecutados aquí y tenemos que continuar las investigaciones. Ex muy probable que todavía hallemos otros restos”, dijo Kildiushevski, lamentando que las excavaciones -organizadas por el Museo de Historia de la ciudad- estén actualmente suspendidas por falta de financiación.