Una reunión de dirigentes de la Central Obrera Boliviana (COB) acordó exigir, por insuficiente, la anulación de un ajuste salarial decretado por las autoridades, informó la noche del jueves su principal dirigente, Pedro Montes.

“La Central Obrera Boliviana y todas las organizaciones sindicales no aceptan y exigen la inmediata abrogación de ese maldito decreto (de aumento de salarios) impuesto por algunos elementos (del equipo de ministros del presidente Evo Morales) que están en contra de los trabajadores”, dijo Montes.

El gobierno decretó sorpresivamente el miércoles -mientras negociaba con la COB- un incremento del 20% en el salario mínimo nacional y del 10% en los sueldos de los sectores de salud, magisterio, fuerzas armadas y policía, un porcentaje base para las próximas negociaciones con el sector privado.

El decreto no incluyó a funcionarios del Ejecutivo que, por ley, no pueden agremiarse.

La COB determinó además llamar a una reunión ampliada para el próximo 15 de marzo para acordar “medidas de lucha” contra el aumento de salarios que “no colma las expectativas de los trabajadores”, apuntó Montes.

Montes manifestó que la condición para una eventual reapertura de las negociaciones con el gobierno pasa por la derogación del decreto de aumento de salarios.

La organización sindical planteó en las negociaciones un aumento de salarios acorde con una canasta familiar de poco más de 1.100 dólares que el presidente, Evo Morales, había considerado de “descabellada” e “irracional”.

Con el ajuste, el salario mínimo nacional pasaría de 679 a 815 bolivianos (de 96 a 116 dólares).

La COB ya había realizado hace dos semanas una huelga nacional para reclamar mejores salarios, aunque sin comprometerse con un porcentaje.

Diversos sectores sindicales, como fabriles y mineros, consideraron insuficiente el 10% de aumento salarial, que deben negociar con la patronal, frente a una inflación del 7% en 2010, según datos oficiales.

Según la COB, hasta hace poco aliada política de Morales, el alza del costo de vida se impulsó en diciembre pasado, después de que el gobierno elevó el precio de las gasolinas en un 8O%, aunque dejó sin efecto la medida cuatro días después acosado por las protestas.

Los precios se mantuvieron en constante alza tras el ‘gasolinazo’, que desató además una fuerte especulación de precios, especialmente de alimentos.