El gobierno libanés estaba el miércoles al borde del colapso tras el ultimátum del poderoso Hezbolá, que amenaza con dimitir debido a la investigación del tribunal de la ONU sobre el asesinato del ex primer ministro Rafic Hariri, que puede implicar al movimiento chiita.

El Hezbolá, que teme que algunos de sus elementos sean acusados por el Tribunal Especial para el Líbano por el asesinato en 2005 de Hariri, dio un plazo de “algunas horas” al gobierno de Saad Hariri, hijo de Rafic, para tomar una decisión sobre este “tribunal que divide al país”.

“Si el Consejo de ministros no se reúne, ello quiere decir que no hay gobierno, y los 11 ministros presentarán su dimisión hoy” miércoles, declaró a la AFP el ministro de Salud Mohamed Jawad Jalifé, del movimiento chiita Amal.

Precisó que los ministros del Hezbolá y de sus aliados iban a reunirse el miércoles por la tarde para “anunciar su posición”.

El gobierno, que cuenta con 30 ministros, se derrumba si mas de una tercera parte de sus ministros se retira, según la Constitución libanesa.

Este Tribunal, que divulgará próximamente su acta de acusación en este asesinato, provoca desde hace meses una dura pugna entre Hariri, que defiende su investigación, y el partido chiita, que acusa a la instancia de “estar a sueldo de Israel y Estados Unidos”, y de basarse en “falsos testimonios”.

El Hezbolá y sus aliados tienen 10 ministros, pero Jalifé aludía a uno más, cercano al presidente de la República, Michel Sleimane, considerado como neutro, o a un ministro próximo al líder druso Walid Jumblatt (centro).

La declaración del ministro se produce en momentos en que Hariri mantuvo una serie de entrevistas en Estados Unidos, con la secretaria de Estado Hillary Clinton, el presidente francés Nicolas Sarkozy, en visita a Estados Unidos, y el rey saudí, convalesciente en aquel país.

También prevé entrevistarse con el presidente estadounidense Barack Obama para hablar, entre otros temas, del tribunal.

“El objetivo era intentar doblegar a Hariri para que descalifique al tribunal, pero como han fracasado han declarado la guerra política contra él”, afirma de su lado a la AFP Mohamed Rahhal, ministro de Medio Ambiente, y cercano al primer ministro.

“Con esta dimisión se busca paralizar al Estado, y destruir el tribunal internacional (…). Creen que intensificando sus presiones van a conseguir doblegarlo (a Saad Hariri), pero esos intentos van a fracasar”, añadió.

“En este momento no hay decisión de convocar un consejo de ministros. Hariri se entrevistará al respecto con el presidente Sleimane a su regreso de Estados Unidos”, precisó por su lado Ammar Hury, diputado de la mayoría liderada por el primer ministro.

La situación actual recuerda a la de 2006, cuando seis ministros del Hezbolá dimitieron del gobierno de Fuad Siniora, cercano a Saad Hariri, en un contexto de crisis política y de divergencias sobre la implementación de un tribunal internacional para juzgar a los asesinos de Rafic Hariri.

Esta dimisión provocó una crisis de dos años, y colocó al país al borde de una nueva guerra civil en mayo de 2008, con enfrentamientos entre partidarios de Hariri y del Hezbolá, que dajaron unos 100 muertos.