Avanza la madrugada en Jujuy, los enviados especiales hacen los últimos retoques a sus informes y los equipos ajustan las máquinas que realizarán hoy el cruce a Calama para adentrarse en el verdadero Rally Dakar Argentina Chile 2011, como lo han definido todos sus protagonistas durante el martes.
Y es que el desierto comienza a ganar protagonismo, la arena le roba el espacio a los caminos señalizados y la orientación más el talento de los pilotos hará la diferencia entre tomar la recta final del camino o retornar antes a casa.
Los nacionales, velan sus armas y esperan el cruce a Chile con una mezcla de ansiedad e ilusión: Rodrigo Caballero se podrá sacar la espina de no haber corrido el Dakar en suelo chileno (el año pasado abandonó en la etapa previa al ingreso al país), los hermanos Prohens apuestan por el conocimiento del terreno (principalmente en Copiapó), Rodrigo Illanes ansía vivir la entrada triunfal a su Iquique natal, Eliseo Salazar (cuyos neumáticos han sido su flanco débil en esta versión) espera el desierto para sacarle el mayor partido a su Hummer y Francisco López apunta a la navegación como la clave para recortar distancias con Marc Coma y Cyril Despres.
Jujuy recibió al Dakar con un público que desde cualquier rincón (parques, caminos, e incluso desde un puente) mostraban pancartas o sólo saludaban, generando una postal notable, sus representantes se esmeraron en mostrar las bondades de esta tierra (desde las sierras hasta sus bellas mujeres) y en el más pequeño de los campamentos se vio reforzado aquel concepto del “espíritu dakariano” que invocan los más avezados en estas lides.
Un sentimiento de unidad, camaradería y opción de acercarse a los pilotos para conversar sobre lo ocurrido en la etapa, incluso cuando el Dakar haya terminado para ellos (como sucedió con Andrés Benavente, uno que prometió volver el próximo año).
Avanza la madrugada en el norte argentino, y ya la actividad comienza a cesar, porque en horas entramos a la zona de las definiciones, la que dejará muchos heridos en el camino.
