El tifón Megi azotó la punta norte de Filipinas este lunes, provocando avalanchas de lodo en zonas montañosas y la formación de inmensas olas a lo largo de las costas.

Las escuelas fueron cerradas y miles de personas evacuadas en el norte de la isla de Luzon, la principal del país, antes de lo que es presentado como la más fuerte tempestad del año, indicaron los servicios de socorro.

La provincia Isabela, situada en el extremo norte, fue la primera en ser tocada por el tifón, pero no se deplora ninguna víctima hasta el momento.

“Tenemos deslizamientos de tierra en las montañas, fuerte marejada y grandes olas a lo largo de la costa, así como advertencias de inundaciones”, dijo Graciano Yumol, responsable gubernamental de la meteorología, en una entrevista con el canal de televisión GMA7.

Megi no debe pasar por encima de Manila, la capital de 12 millones de habitantes, pero Yumol pidió a los residentes que se mantengan alertas, debido a que se espera fuertes lluvias.

Megi, que fue calificado por servicios gubernamentales de meteorología como un “súper tifón”, avanza hacia el suroeste a 19 km/h, con vientos de hasta 269 km/h, dijeron los responsables meteorológicos. Debe continuar su viaje hacia el oeste y entrar en el Mar de China Meridional el martes.

Filipinas es golpeada cada año por una veintena de tifones.

La tormenta tropical Ketsana y el tifón Parma, en septiembre y octubre de 2009, provocaron graves inundaciones, mataron a más de 1.000 personas y dejaron unos 10 millones de damnificados.

En Pekín, el centro meteorológico nacional advirtió en un comunicado, el domingo, que Megi, que significa “Pez gato” en coreano, debe ser el tifón más fuerte del año.