José Miguel Larenas está indignado, y razones no le faltan para estarlo.
Ya que la venta de estacionamientos del edificio donde vive en Viña del Mar no prosperó, la inmobiliaria ICOM decidió presionar a los propietarios con una particular estrategia comercial: instalar barreras apernadas bloqueando los estacionamientos de visitas. Lo que sorprende sin embargo, es que también se haya clausurado los estacionamientos demarcados para discapacitados.
De hecho José Miguel es discapacitado, por lo que siente la acción de la inmobiliaria como una afrenta personal. Dice haber reclamado ante ICOM, quienes le respondieron “poder hacer lo que les venga en gana con lo que por derecho es de ellos”.
“Quienes tenemos algún grado de discapacidad física somos constantemente objeto de agravios como este. Pasa en los malls, los supermercados y ahora incluso en nuestras comunidades, donde empresas indolentes como ICOM cometen groseros agravios en impunidad absoluta”, sentencia.
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