El presidente colombiano Alvaro Uribe, denunció este sábado que grupos delincuenciales estarían conspirando contra su gobierno para golpearlo y afectar también las relaciones internacionales.

Según el mandatario, existen “indicios sobre una venganza criminal contra el Gobierno que ha perseguido sin pausa, sin selectividad, con toda la determinación a los criminales”.

Uribe se refirió a una serie de acusaciones sobre presuntas interceptaciones telefónicas a varios consulados extranjeros, y seguimientos a una funcionaria diplomática por parte del estatal Departamento Administrativo de Seguridad (DAS, servicio de inteligencia).

El mandatario advirtió que como resultado de las acciones gubernamentales que han permitido desmantelar los grupos paramilitares de extrema derecha, debilitar a la guerrilla y extraditar a más de 1.000 narcotraficantes, “se van juntando criminales para producir una venganza”.

“Ahora resulta que han interceptado una conversación telefónica de un agente de la DEA, y le pregunto al DAS: ¿La hizo el DAS? Y me dicen: ‘No tiene equipos’. El DAS no podía hacerla, no tiene los equipos”, aseguró Uribe en un consejo comunal de gobierno en la ciudad de Armenia (centro-oeste).

Más adelante, Uribe hizo referencia a Rafael García, un ex funcionario del DAS que denunció vínculos de esa organización con grupos paramilitares de extrema derecha y estuvo preso por aceptar dineros para modificar archivos de la entidad.

Al respecto, el mandatario dijo que García pidió al gobierno de Estados Unidos la suma de 250.000 dólares para servir como testigo, pero su propuesta no fue aceptada.

“Le ha sacado plata a otro país ofreciendo que él va a demostrar el complot que había aquí contra ese otro país. Venganza criminal, para hacernos daño en las relaciones internacionales”, destacó Uribe.

Aunque Uribe no mencionó el país, recientemente el gobierno de Venezuela se refirió a denuncias de García en el sentido de que el Ejecutivo colombiano habría auspiciado una conspiración contra Chávez, en 2004, que incluyó la participación de 120 paramilitares.

Como resultado, el miércoles pasado la Asamblea Nacional (Parlamento) venezolana, anunció que investigará la supuesta presencia de paramilitares en su territorio y su presunta intención de desestabilizar al gobierno de Chávez.

El presidente venezolano mantiene ‘congeladas’ las relaciones con Bogotá, luego de conocerse que Estados Unidos utilizará siete guarniciones militares colombianas para realizar desde allí operaciones contra el narcotráfico, que Chávez considera son una amenaza a su revolución bolivariana. (AFP).