“No vamos a renunciar jamás a la deuda histórica”, afirmó el jefe de la diplomacia boliviana, entrevistado por el diario La Razón, al explicar la negociación que se realiza con Chile para el pago por el consumo por el afluente que nutre la región chilena, donde se halla Chuquicamata, la mina a tajo abierto más grande del mundo.

La Paz y Santiago ya llegaron un preacuerdo sobre las aguas del Silala, por el que Chile se compromete de inicio al pago de un 50%, mientras que se abren estudios científicos para establecer la cantidad del líquido que nace en Bolivia o territorio chileno.

Bolivia abrió, a la vez, una fase de consulta con organizaciones campesinas en la frontera y en el departamento de Potosí, donde nace el Silala, donde los líderes cívicos han exigido que el preacuerdo reconozca la llamada deuda histórica.

Una vez que los bolivianos encuentren un consenso, La Paz procederá a firmar un acuerdo final con Chile

Bolivia argumenta que el Silala nace de varios manantiales que fueron canalizados artificialmente en el siglo XIX para abastecer a la extinta empresa ferrocarrilera Bolivian Railway, cuando esa región formaba parte del territorio boliviano, mientras que Chile sustenta el criterio de que son aguas de cauce natural.

Las negociaciones sobre el Silala forman parte de un acuerdo de 13 puntos que los presidentes Evo Morales y Michelle Bachelet pactaron en 2006, a pesar de carecer de relaciones diplomáticas, tras enfrentarse los dos países en una guerra a fines del Siglo XIX, cuando Bolivia perdió su única salida al Pacífico.